«No confíes en nadie que haya cumplido los 30». Dicen que fue un estudiante airado, Jack Weinberg, el primero que soltó la frase en la universidad de Berkeley, rodeado de policías y de porras. Un periodista imprimió el Dont trust anyone over 30 y Joan Baez, Dylan y otros cazadores de versos lo dejaron flotando en el viento. Hasta hoy, porque ni los tiempos cambian tanto -pura semántica, de airados a indignados- ni el autor de «Like a rolling stone» o el propio Weinberg pudieron evitar cruzar hace tiempo la frontera de los 60. La MTV sobrevive a la cifra en un ambiente cada vez más hostil, pero...