Jesús Pinto estaba ordenando su maleta en la habitación 38 del hotel Hat de Puerto Príncipe, un establecimiento de tres estrellas -tres estrellas para los estándares haitianos- cuando la tierra comenzó a temblar. "Perdí el equilibrio y enseguida noté que era un terremoto, así que salí disparado hacia la calle, a buscar el campo abierto", cuenta este piloto malagueño de 29 años que reúne horas de vuelo trabajando para la aerolínea Tortugair, una compañía regional con base en Puerto Príncipe.