"Parecía un paisaje de guerra". Así describía en la tarde de ayer Einar Hagvaag, periodista del diario noruego
Dagbladet, las inmediaciones de la sede del Gobierno en el centro de Oslo tras
el ataque terrorista. "La primera planta casi ha desaparecido, los accesos han quedado destruidos", explicaba por teléfono con voz temblorosa.