El voto patrimonial


El voto patrimonial
El lunes me refería a la evidente existencia de algunos territorios que constituían feudos electorales de determinados partidos políticos. Visto desde la perspectiva de los partidos se puede decir que son voto patrimonial, esto es, un voto que les pertenece con total seguridad. ¿Qué consecuencias puede tener ser “voto patrimonial”? La más natural será que el partido [...]


El lunes me refería a la evidente existencia de algunos territorios que constituían feudos electorales de determinados partidos políticos. Visto desde la perspectiva de los partidos se puede decir que son voto patrimonial, esto es, un voto que les pertenece con total seguridad.

¿Qué consecuencias puede tener ser “voto patrimonial”?

La más natural será que el partido en cuestión misma a su votantes patrimoniales en la cuota de poder que les corresponda y en el tiempo que les corresponda. Su ser o no ser político, o sus opciones de gobierno pasan necesariamente por mantenerlos.

Pero el problema viene aquí. Que estos votantes casi no hay que mantenerlos, porque han entregado vitaliciamente su papeleta a unas siglas. El “voto patrimonial” cuando lo es de verdad no se debe a decisiones “racionales”, sino emocionales como la identidad, el rechazo o la simple tradición o costumbre.

Ello puede llevar a que el voto patrimonial se considere prácticamente inamovible, se haga lo que haga, de manera que ese partido puede incluso permitirse tomar decisiones contra los intereses de sus votantes patrimoniales o cumplir sucintamente con ellos, para centrar sus atenciones y recursos en ganar otros votos más difíciles de convencer.

Posted in Ciencias Políticas, Diseño de Jugadas, Elecciones, Política, Psicología, Sociedad, Sociología

Posted originally: 2009-11-12 10:30:00

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