Los trabajadores del centro de Salud del Tarajal han expresado su malestar a través de una carta al director por la absurda situación que han vivido este lunes. A los ajustes en Sanidad, a las molestias de las obras de ampliación y reforma del centro y a la supresión de la extra de Navidad, han sumado este lunes, una receta en forma de multa dejada sobre el coche de prácticamente toda la plantilla por aparcar en línea amarilla.

La situación es compleja y apunta a complicarse. El martes realizarán un paro simbólico de cinco minutos en señal de protesta a las 12 del mediodía. Y piden “responsabilidad” y “sentido común” para solucionar la coyuntura en la que viven.

Las obras de ampliación y reforma que se llevan a cabo han provocado que la explanada anexa al centro en la que normalmente aparcan su vehículo haya sido ocupada por la empresa que desarrolla los trabajos. Lo que en la práctica supone dejarles sin espacio para estacionar sus vehículos.

Esa es la situación que viene provocando, como ellos mismos reconocen, molestias para todo el mundo, dado que ante la falta de espacio para estacionar han optado por dejar sus vehículos en la calzada frente al centro de salud, en línea amarilla, y reduciendo el espacio para circular del vial, que sigue siendo de doble sentido. Lo que ha provocado que este lunes a la salida del trabajo se hayan encontrado con la multa en el parabrisas dejada por la Policía Local.

“No es la primera vez que sucede”, apuntan los trabajadores en su carta, pero además temen “que no va a ser la última”.

Lo de este lunes les ha llevado en la memoria al inicio de las obras, “tan necesarias para nuestro centro”. Entonces advirtieron de la circunstancia y pidieron que se arbitrara alguna solución para que sus vehículos no estorbaran. Con cierta ironía apuntan que entienden “mucho de circulación sanguínea, pero de la otra no tanto, pero como” les sobra, eso sí, “sentido común” ya en su día se “atrevieron” a sugerir “como posible solución, que se permitiera ese vial (el que bordea el centro) como de sentido único”. Su petición no encontró eco en las autoridades.

Y la consecuencia es que por segunda vez “todos los vehículos aparcados en las cercanías del Centro de Salud, la mayor parte pertenecientes a trabajadores del mismo, han sido denunciados”.

Dicen ser “conscientes de que las normas de circulación están para respetarlas”; dicen también, entender “el trabajo del policía municipal que denuncia cuando no se respetan esas normas” e incluso han mostrado su solidaridad “con el pobre conductor de autobús que se las ve y se las desea para poder transitar por este vial”, pero contra todo eso se preguntan: “¿Nadie se solidariza, ni nos entiende a nosotros?¿Cómo cataplines quieren que hagamos los avisos domiciliarios los médicos y las enfermeras?¿A pie?”.

Y es que este es probablemente el mayor problema. Un servicio, el de asistencia domiciliaria del que ya se han quejado en otras ocasiones al ser agredidos en los barrios de los Príncipes que por cercanía les corresponde atender con visitas domiciliarias cuando el paciente no puede desplazarse al centro.

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