Un año de nuevo hospital, unos cuántos más de diferencia asistencial


Un año de nuevo hospital, unos cuántos más de diferencia asistencial

-El Ingesa organiza un año después del traslado una visita al viejo clínico y al nuevo para comprobar a simple vista que lo avanzado en infraestructuras asistenciales son unos cuántos años, no sólo uno

-Incluye galería de fotos

“El cambio ha sido como pasar de una patera a un trasatlántico”, la frase la firma María Teresa de la Vega, enfermera responsable de la zona de quirófanos del nuevo clínico de Loma Colmenar. Se refiere al cambio experimentado en la zona de quirófanos, pero vale para todo el edificio y para lo que representa más allá de los ladrillos: la salud de los ceutíes.

Ingesa luce orgulloso su buque insignia, a pesar de acaparar en este tiempo las mismas quejas sindicales o más que cuando la salud de los ceutíes pasaba en buena parte por la Marina y el viejo clínico. Acapara en este año también algunos sucesos nada positivos y denuncias por negligencias. Pero la comparación es irresistible. El viejo clínico, desvencijado, es un problema a resolver, un cadáver que se pudre poco a poco a la espera de un funeral digno de su casi medio siglo de vida. 41 años cuidando de la salud de los ceutíes bajo el amparo de la Cruz Roja, propietaria del solar y el edificio. La autopsia fue fácil murió de viejo.

La administración sanitaria prevé, además de la visita de la ministra, Leire Patín una serie de actos para conmemorar por todo lo alto el avance en infraestructuras y recursos que ha dado la sanidad pública ceutí en este último año, fruto de aquel traslado que mató al viejo hospital un 6 de febrero de 2010.

El primero de esos actos ha sido organizar una excursión para los periodistas, primero al cadáver que aún permanece erguido en la Marina, después al rubicundo bebé de Loma Colmenar. El objetivo que los periodistas retratemos y contemos al resto de ciudadanos lo obvio, que la diferencia salta a la vista. Y que lo nuevo es infinitamente mejor que lo viejo. Más aún cuando lo viejo lleva doce meses abandonado.

No hay color. Da igual el área, los funcionarios que atienden la visita en el nuevo clínico pueden hablar horas y horas para contar con detalle y tecnicismos cuántas mejoras ha supuesto la puesta en funcionamiento del nuevo clínico.

En Urgencias porque los box han pasado de tener cortinas para separase unos de otros a tabiques, porque las maquinarias y los elementos técnicos son de ultima generación. Porque hay más espacio para circular, en todo el hospital hay un pasillo sanitario y otro para los usuarios. Porque ahora hay consultas en Urgencias perfectamente delimitadas, porque la Ambulancia tiene su acceso propio separado del que usan el resto de mortales.

En la zona de rayos, todo ha pasado a estar digitalizado. Todo es más rápido, más limpio, más nuevo y más tecnológico. Se puede incluso trabajar con las imágenes obtenidas aunque el paciente ya haya volado de la consulta.

La zona de hospitalización, idem, desde las bonitas vistas al mar, hasta las camas de última generación, los sillones cama para acompañante en pediatría, la biblioteca y ludoteca para los niños, los modernos, limpios y espaciosos baños. Y más allá del confort para el paciente y el acompañante, hay también facilidades de trabajo para los profesionales sanitarios. Mejoras que redundan al fin y al cabo en la salud de los pacientes: Es un hospital, no un hotel.

De dos ascensores y un montacargas en el hospital antiguo se ha pasado a más de una decena en el nuevo. Alguno exclusivo por ejemplo para el servicio de hostelería. Las salas de estar del personal son amplias y cómodas, permiten relajarse entre operación y operación y aliviar tensiones.

Por no hablar de las amplias salas de espera para los pacientes que acuden por ejemplo a consultas externas, aquellas instalaciones que se encontraban en el deprimente José Lafont. Televisiones, espacios, plantas y luz. Nada que ver con el azulejo caduco y raído que adornaba las paredes del viejo clínico o del propio José Lafont. Pasillo amplios contra pasillos estrechos.

De aquel traslado de hace ahora un año, los trabajadores aún se acuerdan. “Fue un triunfo triple. Ten en cuenta que lo que hiciéramos lo hacíamos nosotros, que no había un hospital de referencia. Yo no tenía al Gregorio Marañon para derivar pacientes. Nosotros teníamos dos quirófanos abiertos, uno allí y otro aquí”, recuerda María Teresa de Vega.

La plantilla se motivó para afrontar una situación de máxima tensión y a juzgar por lo que se ve en el nuevo clínico, roces e inconvenientes por resolver (más plantilla y algún que otro servicio) la motivación parece durar amparada en unas instalaciones punteras que permiten una mejor atención al paciente.

Este viernes, el director territorial del Ingesa, Jesús Lopera, y el gerente del área sanitaria, Juan Carlos Querol, repasarán acompañados por más directivos las cifras de este primera año, la primera, no en vano es año de elecciones, es el dinero que ha costado a las arcas públicas del Estado (gobernado por el PSOE) el clínico: 100 millones de euros, más de 18 en ese moderno equipamiento que se puede ver en las fotos. Pero, aquí sí que sí, como en el anuncio, recibir una asistencia sanitaria de primera calidad no tiene precio. Feliz cumpleaños.

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