La Policía Nacional detuvo el pasado viernes al supuesto autor de un delito de amenazas graves a un funcionario público (un trabajador de prisiones). El detenido supuestamente se habría acercado al funcionario del Centro de Mendizábal mientras esperaba el autobús, al reconocerle de su etapa en prisión, mostrándole un arma de fuego y dirigiéndola hacia su persona en actitud amenazante.

La pistola resultó ser simulada. Pero como fuera, la bravuconada le acabó costando aún más cara. La directora de la prisión alertó de forma inmediata a la Policía Nacional que dispuso un dispositivo de patrullas por radio para tratar de localizar al autor de las amenazas. En aproximadamente media hora, según recoge el relato policial, habían dado con él.

“En el momento de su detención el autor estaba manipulando un contador de la luz próximo, por lo que los agentes actuantes se dirigieron al mismo, localizando en su interior el arma de fuego simulada” que habría usado para amedrentar al funcionario de prisiones. Pero no fue lo único que le incautaron.

Al registrarlo, los agentes se encontraron con que el detenido por las amenazas portaba “una alianza con un brillante incrustado, una cadena colgante de oro, otra cadena de paladio, otra cadena de oro con colgante y una pulsera de oro”.

Todo esto había sucedido el viernes, pero el jueves, día 7, la Policía Nacional había recibido una denuncia por robo. El hurto se habría llevado a cabo en una vivienda habitada a la que se accedió mediante el salto de un muro y aprovechando que la puerta de la mismas se encontraba entre abierta, según el relato de hechos de la Policía Nacional.

Los denunciantes listaron joyas y efectos de oro, como una alianza, cadenas con colgantes, pulseras y telefonía móvil.

Los efectos sustraídos eran los que efectivamente portaba el detenido por las amenazas al funcionario de prisiones, por lo que la Policía Nacional acaba de resolver dos delitos con una detención.

Así las cosas, al detenido no le va a quedar más remedio que seguir viéndole la cara al funcionario al que amenazó el viernes. Una vez finalizadas las diligencias policiales, se puso al supuesto autor de las amenazas y el robo a disposición judicial. Y la autoridad judicial ha ordenado el ingreso en prisión del mismo. Esto es, vuelve a estar bajo la vigilancia del funcionario al que amenazó.