Numerosas han sido las ocasiones en las que he apoyado las legítimas reivindicaciones de los vecinos del Príncipe con motivo de las carencias que padece esta zona de la ciudad, pero también han sido numerosas las ocasiones en las que he criticado duramente la proliferación de ataques violentos en esta misma barrida protagonizados por grupos organizados y perfectamente coordinados.

En esta ocasión, las circunstancias mencionadas se solapan puesto que, las revueltas ciudadanas se producen en unas calles recientemente rehabilitadas, que sufren junto a los vecinos y los efectivos policiales las consecuencias de la barbarie de quienes pretenden coaccionar a la inmensa mayoría de los vecinos de esta populosa barriada. Debo señalar, que los propios dirigentes vecinales han sido desde el comienzo de estos altercados los primeros en exigir la actuación contundente de las administraciones públicas hastiados de la impunidad con la que actúan unos grupos de jóvenes delincuentes inducidos por quienes allí desarrollan sus actividades ilícitas.

Por todo ello, me parecen totalmente desacertadas las últimas declaraciones en contra de las actuaciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado efectuadas por unos representantes vecinales, que favorecen con ellas las actuaciones violentas de quienes pretenden adueñarse del Príncipe. Debemos ser conscientes del objetivo prioritario de unos vándalos, que tan solo pretenden mantener ocupados en estas labores a unos efectivos policiales, que se ven obligados a desatender otras de mayor envergadura.

En definitiva, quienes respetamos el Estado de Derecho debemos apoyar y facilitar la labor que desarrollan unas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado plenamente comprometidas con el bienestar de unos ciudadanos sometidos a los intereses espurios de las organizaciones mafiosas allí erradicadas. Todos juntos, organizaciones vecinales, sindicales y políticas, alejando totalmente intereses partidistas, tenemos la obligación de promover el orden en nuestras calles.