Quizás es que el Gobierno tiene intención de disimular un pelotazo con otro y que al menos dejen de agobiarle unas semanas con el asunto de la Manzana. Más podrida que nunca. Y es que claro, en un principio, como este pueblo es de locos, nadie dijo nada sobre la extraña moción de censura que aupó a Vivas al poder, ni nadie reparó en Urbaser y la Manzana del Revellín. Total, Juan Vivas ponía fin a la era GIL, y claro como el GIL era el mismo demonio pues Juan Vivas que lo había derrotado debía ser el mismo Dios Todopoderoso.
Era una cuestión de moda, esta ciudad se sube y baja de la moda muy rápido en cuestión política. Aunque a pesar de que el GIL tuvo sus diez minutos de fama (ya cundieron, ya) luego la perdió a favor de Juan Vivas. Que digo yo, que los diez mil votantes del GIL debieron traérselos de Marbella, porque yo llevo cuatro años en Ceuta y todavía no he encontrado a nadie que me reconozca que votó al GIL. Y mira que lo he intentado. Pero nada.
Pues eso, que como era moda estar en contra del GIL, como primero lo fue estar a favor, nadie dio mayor importancia a que de pronto gente tan “honesta y honrada” como Simarro (lo decía Gordillo) votara a Vivas que era de otro partido distinto del suyo de la noche a la mañana. Lo de Simarro debió de ser un acto espontáneo de responsabilidad política ante la deriva que estaba tomando el Gobierno al que él pertenecía. Qué nadie dude.
Por eso la moda cambió y paso de ir con el GIL a ir con Vivas. Pero Juan, la moda es pasajera. Basta con que cojas algunos kilitos de más para que no des el perfil y te bajen de la pasarela. Y yendo tanto al mercado a hacerse fotos y hablar con tus amigos es fácil que entre foto y foto, tapita de choco en salsa y de secreto ibérico y mucho solomillo engorde uno más de lo debido, por mucha manzana que se coma después para equilibrar, o precisamente por eso. Por que lo de la Manzana no hay empresa de limpieza que lo deje claro y transparente. ¿O sí?
El caso es que la moda, la que va marcando la calle, la que se escuchará en Carnaval apunta a que los ceutíes empiezan a buscar ya un cambio de tendencia. Y no precisamente un cambio en la ubicación del mercado para ponerlo al lado de la Ópera, que no opereta, que es lo que ha propuesto el Gobierno que preside el otrora Dios Vivas. Los de su partido incluso, si votaran en urna y no a mano alzada, le darían un disgusto a más de una SL, que cambia uves por bes. Y es que la tamaña barbaridad de querer que con los impuestos de todos se pague un alquiler de 300 millones de pesetas (lo mismo que antes tocaba con el Gordo) a una empresa que no ha puesto un duro por un terreno. ¡Manda huevos! Nunca mejor dicho, porque eso sería precisamente lo que se vendería en el complejo que Siza diseñó para ser el primer centro artístico y cultural del Norte de África y no el primer mercado improvisado al lado de un teatro. Porque esto se le ha ocurrido a Vivas ahora y no hace cinco años cuando firmó la ilegal licencia de obra.
Y sobre el 10 por ciento comercial, sólo quiero dejar una reflexión. Si aquí los chinos son los únicos que abren un domingo 23 de diciembre con Papá Noel a la vuelta de la esquina y todos los informes hechos sobre el comercio local dicen que sobra entre un 10 y un 12 por ciento de las tiendas ya existentes ¿qué necesidad hay de habilitar 3.000 metros cuadrados para tiendas en pleno centro saturado comercial de la ciudad y robarle espacio a los chicos del conservatorio de música, a las chirigotas y comparsas que no tienen local para ensayar, a los muchos grupos de música jóvenes que tienen que andar molestando vecinos o pidiendo naves prestadas para ensayar, a los acuarelistas, a los estudiantes sin biblioteca ni mesa de estudio en los cada vez más diminutos pisos? ¿Qué necesidad?
Quizás la moda, que cambiarla es muy cara y hay que pagar las campañas de publicidad o los votos de confianza y censura.
Esperemos que todo esto no quede soterrado en la conciencia colectiva y por fin se tenga en cuenta.