- "...Por más que este fuera el año contra la pobreza y la exclusión social, poco se ha aportado desde nuestra ciudad por la causa"

2010 iba a ser un año importante en muchos aspectos, uno de ellos es que es el año europeo de lucha contra la pobreza y la exclusión social, porque, aunque a algunos no se lo parezca, ambas, pobreza y exclusión, siguen existiendo en la vieja Europa.

Básicamente, el trabajo a realizar se estructura sobre una serie de objetivos, que partiendo del compromiso y la actuación de los estados miembros de la Unión, buscará visibilizar y reconocer los derechos a tener una vida digna de las personas que viven en pobreza; promocionar la responsabilidad de todos los colectivos pretendiendo fomentar siempre el compromiso, la acción, la solidaridad y la cohesión social en su conjunto.

Tanto en Europa como en España siguen existiendo elevados niveles de pobreza teniendo en cuenta que, supuestamente estamos en el primer mundo. Así, España es uno de los países con mayor número de pobreza, junto a Grecia y Portugal, además de tener un peor reparto de las riquezas.

Posiblemente para un ser humano, no hay nada peor que estar y sentirse desamparado, sólo, excluído y marginado (prueben sólo a imaginarse en ese contexto) y no hay que olvidar que en esa situación viven muchos de nuestros vecinos. Si nos atenemos a los datos estadísticos, en Ceuta, más del 33% de la población vive bajo los umbrales de la pobreza, en alguno de los niveles en los que se gradúa.

A nivel de ciudadanía, dependerá de la empatía y de lo cerca o lejos que se tenga a alguien en esa situación, porque el ser humano, en general, tiende a prestar mayor atención a aquello que le afecta de manera más directa y a obviar, e incluso ignorar, aunque suene duro, aquello que (cree) está un poco más lejos de él, inconsciente de que, de una u otra manera, repercute en todos.

Y a nivel político, parece que hay cierta tendencia a privatizar el problema de la pobreza, remitiéndolo a las asociaciones, ong´s y voluntariado. La solidaridad o la caridad son muy útiles, casi imprescindibles, pero ello no debe ser excusa para que los poderes públicos asuman las responsabilidades que la Constitución les impuso en esta materia: les corresponde la aplicación de una política social que minimice las desigualdades y evite (o al menos lo intente) la pobreza.

Las administraciones, demasiadas veces, se conforman con dar dinero, casi siempre en cantidades insuficientes, a las asociaciones y entidades privadas, algo así, como en una especie de precio de su conciencia, dejando todas las responsabilidades en manos de las anteriores, las cuales obviamente, y por más que lo quieran, son incapaces de asumir por completo, y encima, con el panorama del tijeretazo que se les presenta el año que viene ya que verán reducidas las cantidades que percibían por decisión del gobierno del Partido Popular local.

Las políticas sociales del gobierno actual no son las que deberían ser en una ciudad con los elevadísimos niveles de pobreza que hay; lejos de ello, se prefiere continuar gastando en cuestiones totalmente prescindibles como publicidad institucional, alumbrado y gastos ornamentales antes de apostar por mejorar el bienestar de los ceutíes.

Definitivamente, por más que este fuera el año contra la pobreza y la exclusión social, poco se ha aportado desde nuestra ciudad por la causa.