Según nos contaba Beatriz Miranda en El Mundo el pasado martes, 28 de agosto, BoBo es el acrónimo de bohemian bourgeois (bohemio burgués en castellano), y es el vocablo acuñado por el autor David Brooks para representar a esa generación de jóvenes ricos, con mucho dinero, pero que se gastan enormes cantidades en vestirse como si no lo fueran. Para ellos, aparentemente, su aspecto exterior es lo de menos, aunque lo cuidan hasta el último detalle. Lo importante son otras cuestiones como el medioambiente, el control de armamentos o el hambre en el mundo. Es decir, como lo de los sepulcros blanqueados, pero al revés.
Pero yo creo que BoBo es algo más. Para mí es todo un estilo, una forma de ser muy actual, que también se puede trasladar a la política. Por ejemplo, el alcalde de Madrid, Ruiz Gallardón, que continuamente está realizando esfuerzos para hacernos creer que es como los de izquierdas, pero que es más de derechas que Fraga. O el ex ministro de Defensa, Bono, que nos quiere convencer de que es más creyente que el Papa, o más español que la Lola Flores, como si esto fuera algo muy trascendente, o raro, para una persona de izquierdas. Pero la palma se la llevan las juventudes de Eusko Alkartasuna, esos carcas, vende patrias, anticuados y niños de papá, que para convencernos de que existen, ahora se les ocurre proponer un canje entre el Sahara y Ceuta y Melilla. Una especie de terrorismo institucional y una cosa así como la payasada que proponen sobre Navarra y el llamado País Vasco francés, siguiendo los dictados de ETA. Sin embargo, no es del estilo BoBo la socialista Rosa Diez, pues su fortaleza interior y sus principios se lo impiden.
En la política local de Ceuta también tenemos algunos ilustres BoBo’s. El Delegado del Gobierno, que continuamente nos refiere el enorme interés que tiene por el futuro de Ceuta, pero que no nos lo creemos. Y el Presidente de la Ciudad, que es raro el día que no nos habla de los tremendos esfuerzos que hace por conseguir el rango de Comunidad Autónoma, pero que no se ven los resultados por ningún lado. Sin embargo, no tiene dada de BoBo el recién dimitido Director del Área de Trabajo, Javier Martínez, progresista y de izquierdas, y ejemplo de coherencia y seriedad.
Aunque, lo que ha sido genial es el mensaje lanzado por determinado sindicato de la Asamblea de Ceuta, atribuyéndose ser “el único que vela por los intereses de los trabajadores”. Esto sí que es de auténticos “bobos”, pero de los de verdad, de los del Diccionario de la Real Academia de la Lengua española. El problema es que siempre habrá bobalicones que se los crean.