Actualmente, el principal problema con el que nos encontramos, a pesar de que la brecha salarial de género se ha reducido sustancialmente en los últimos 15 años, viene de la mano de la remuneración de las mujeres, que supone el 84,3% de la masculina (16% inferior a la de un trabajador). Dicha eliminación de la brecha en las tasas de empleo de mujeres y hombres, nos daría como resultado, un aumento del PIB en un 19%, permitiendo situar la contribución de la mujer en torno al 55%, es decir, por encima de la masculina. Pero además, las mujeres están mostrando una mayor resistencia al ciclo, pues en los tres años que ha transcurrido desde el inicio de la crisis, la población ocupada ha disminuido en 1,9 millones de personas, siendo la contribución femenina solo del 11% y ha aumentado la población activa en 900.000 mientras que los hombres activos se han reducido en 135.700 personas. Es decir, mientras que la población activa masculina se ha ajustado rápidamente con el ciclo económico, la femenina continúa creciendo a pesar del deterioro de la actividad económica. Por tanto, lejos queda la responsabilidad, si nos olvidamos de priorizar la igualdad de oportunidades desde una perspectiva de género.
Con todos estos datos es indiscutible que para el Gobierno del PSOE, la igualdad ha venido constituyendo un elemento esencial para la construcción de una sociedad más justa y cohesionada. Iniciativas legislativas como la Ley para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, implicaron un avance importante en esta materia, además de numerosas iniciativas y propuestas del Gobierno que entroncan con la Ley de igualdad, como: la Ley de dependencia, el Plan Concilia en la administración pública, las 54 medidas para favorecer la igualdad entre hombres y mujeres, la Ley de medidas de protección integral contra la violencia de género, el Plan de ciudadanía e integración, marcaron el inicio de una continuidad reflejada en el actual Documento Marco a debatir en la conferencia política Este trabajo ha permitido la integración de las mujeres en la actividad económica y laboral de nuestro país, pasando de representar el 29% del empleo total en 1985 a superar el 44% en 2010, con más de 8 millones de mujeres trabajando, reducido el diferencial respecto a la masculina hasta los 12,5 puntos. Tenemos que seguir en esta línea, a pesar de las trabas puestas, por aquellos partidos andrógeno que ponen de manifiesto la necesidad de reforzar las actuaciones que contribuyan a la igualdad entre mujeres y hombres en aquellas CC AA que presentan mayores distorsiones, siendo Ceuta un ejemplo claro pues es la tercera comunidad con más paro femenino situándose en el 28, 2%.