- Hace unos días escuchábamos en los medios de comunicación a Carlos Verdejo, una persona joven, por edad, pero bastante madura respecto a sus preocupaciones y desvelos, que se encuentra muy implicada en este proceso de cambio que se avecina y que a la sazón es completamente necesario.

Y tras prestar toda la atención a sus palabras no podemos más que centrarnos en una frase tan sincera a la vez que complicada y que viene a expresar lo que sienten los españoles, lo que afirma y expresa el manifiesto nacional en la creación de nuestro partido. "En el Ayuntamiento solo hay políticos y lo que debe haber son ciudadanos".

Evidentemente su sentir como nuestro Coordinador en Ceuta y como baluarte de una formación política surgida de la indignación y de las esperanzas puestas en un futuro mejor, no es más que el sentir de todos los que buscamos la renovación y el fortalecimiento de la vida democrática española, y por ende, de todos sus ciudadanos, incluida Ceuta en este proceso. Aunque más que necesitados debemos decir que estamos obligados a promover los cambios que necesita nuestro anticuado y mal utilizado sistema democrático, que se ha corrompido tanto que ha creado en su seno una oligarquía política y toda una burocracia centradas en sí mismas, y alejadas de los problemas cotidianos de los ciudadanos, "pobres administra dos que últimamente tan solo vemos mermados derechos e incrementadas obligaciones".

Un paro desorbitado, la fuga de jóvenes preparados a otros países, desahucios de ciudadanos ante rescates bancarios, recortes en sanidad y educación, grandes pilares de nuestra sociedad del bienestar, y así podríamos seguir un rato más... pero ante todo esto, el despotismo y el abuso subiendo impuestos y creando más y más problemas a los ciudadanos que tanto les cuesta seguir subiendo la escalera de peldaños infinitos para llegar a fin de mes. Una verdadera sangría es esta política de la austeridad puesta en marcha por el PP desde su llegada, o esa del despilfarro y la ocultación que ejecutó a la perfección el PSOE de Zapatero.

En Ceuta, sin ir más lejos, nos encontramos con verdaderos dramas familiares que acaban siendo contrarrestados con engalanados nombramientos políticos, a diestro y siniestro, sin causa o razón que los pueda justificar, que llevan a apuntar, tal y como se desprende de los comentarios de los propios ciudadanos, afiliados a VOX o no, al pago de deudas personales entre los nombrados y los nombradores. ¿Despilfarro, mala gestión, enchufismo? No sabemos realmente la causa, tan solo podemos imaginarla, pero aún con mucha imaginación no llegamos a concretar como una ciudad tan pequeña llega a convertirse en el tercer Ayuntamiento más endeudado de todo España; concretamente la deuda es 2.959,40 euros por habitante (fuente: www.euribor.com.es).

Es decir, usted que lee este artículo y todos los demás somos deudores de casi tres mil euros por cabeza , ¿Qué le parece? ¿Hay despilfarro o no? Lo que está completamente claro es que los ceutíes somos deudores, no sabemos cómo, pero lo somos. Y aún siendo deudores también estamos en el Ayuntamiento con más cargos políticos y con más obras faraónicas a todas luces innecesarias.

En definitiva, usted y nosotros con deudas propias y deudas inventadas, mientras otros viven a nuestra costa con su eldos por encima de toda lógica en un país que estuvo al borde del rescate. Políticos sin oficio que viven de los Presupuestos de la ciudad y un Gobierno ceutí que no se corta un pelo en seguir nombrando directores, subdirectores, adjuntos, viceconsejeros, hasta coordinadores de polígonos industriales. Creando puestos políticos a tutiplén, viviendo de la olla grande y pagando sus sueldos con impuestos, despidos, subidas del coste de suministros de luz, agua y butano, recortes y más recortes sociales, y así un largo etcétera.

Ya son demasiados los escándalos acumulados y que afectan a los principales partidos políticos. Ya es demasiado evidente el aguante del ciudadano que ha decidido actuar e involucrarse en la denuncia. Aquí está VOX, para poner remedio, para que se pase a la movilización, a la crítica, a la denuncia colectiva, a la acción, el momento de la responsabilidad y del compromiso.