- La encuesta que ha realizado 'Sigma Dos' y que se ha publicado esta semana revela, por encima de todos, un titular: los ceutíes siguen depositando mayoritariamente su confianza en Juan Vivas y en el Partido Popular.

Pocos líderes políticos tienen al alcance esos resultados en algún momento de su trayectoria política, pero menos cuando el sondeo llega después de casi 14 años de gobierno y cuando este mandato ha transcurrido en el peor escenario económico que hemos conocido, es decir, cuando más difícil es cumplir las expectativas de los ciudadanos. Y menos aún cuando estamos en una ciudad en la que ninguna formación había logrado nunca en nuestra historia reciente ganar unas elecciones con mayoría absoluta.

Todo a pesar también de una oposición que sostiene buena parte de discurso en mentiras y medias verdades, permanentemente empeñada en decir que todo huele mal. La oposición de Carracao y sus falsas denuncias, la de la moralidad y la ilegalidad de la que con frecuencia nos habla Caballas y la de la diputada Fátima Hamed, que –decidida a olvidarse de aplicar a la política lo que debió aprender en la Facultad de Derecho y a arrogarse la personificación de la integridad moral– trata de colar la misma expresión en cada declaración que hace: “halo de sospecha”. Pero la diputada se delató en la última sesión plenaria en la que nos vino a decir que no había nada ilegal en ninguna actuación del Gobierno al afirmar que si lo hubiera habido se habría ido a la Fiscalía. Como antes la justicia delató a Carracao con el invento del “caso Urbaser”.

Pese a todo, y a esta oposición de malas artes, los ceutíes lo tienen claro y la valoración del presidente de la Ciudad se sitúa en un 6,81, la media entre su proximidad a los ciudadanos (7,84), su capacidad de liderazgo (7,04), su honestidad (6,77) y su capacidad de gestión (6,51). Y la gestión del Gobierno supera el 6 de media en áreas tan importantes como la limpieza y la recogida de residuos, el adecentamiento del entorno urbano, el suministro de agua, el alumbrado, el mantenimiento de las zonas verdes, y roza esta nota en otras como servicios sociales, Policía Local, educación, medio ambiente o planificación urbanística.

Y les guste o no a la oposición, lo cierto es que eso es lo que piensan los ceutíes. Sin embargo, uno se queda estupefacto al escuchar la valoración del secretario general del PSOE, que después de haberle oído vaticinar –tras ganar las primarias– que ganaría las elecciones no solo se muestra contento con una encuesta que no le otorga ni un tercio de los diputados que obtendría el PP (4-5 frente a 15-16 diputados), sino que dice advertir “el desapego” de los ceutíes hacia el proyecto del Partido Popular. Pues menos mal que hay desapego.

Pero más allá de la bofetada que se han llevado la oposición y sus triquiñuelas, en el Partido Popular no echamos las campanas al vuelo y vemos los datos desde la responsabilidad. Sabemos que, de entrada, se trata simplemente de una encuesta; sabemos que hay que seguir trabajando para ofrecer a los ciudadanos una Ceuta mejor; y sabemos que quedan cosas por hacer y que tenemos que trabajar para todos, para los que nos votan, para los que nos podrían votar, para los que no nos votan y para los que no nos votarían nunca. Pero también sabemos que el proyecto del Partido Popular ha demostrado a lo largo de los últimos 14 años su capacidad para mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos de Ceuta, sin distinción, y sabemos que tenemos el mejor candidato posible.

Y ese es precisamente nuestro aval y nuestro compromiso: seguir trabajando para mejorar la calidad de vida de todos los ceutíes y hacerlo bajo la batuta del mejor presidente que ha tenido nunca Ceuta. Y ahora, cuando estamos dejando la crisis económica a un lado y hemos cumplido con nuestro Plan de Ajuste, el viento ya no viene de cara, sino que empieza a soplar a favor. A favor de Ceuta.