- lunes 06 mayo 2024
Una dieta alta en fructosa aumenta la presión sanguínea en los hombres, mientras que un fármaco que se emplea para tratar la gota parece proteger frente a este incremento de tensión, según un estudio dirigido por Santos Pérez-Pozo, nefrólogo del Hospital Mateo Orfila, en Menorca. El trabajo, en el que también ha participado Richard Johnson, de la Universidad de Colorado en Denver, se ha hecho público durante una conferencia sobre la hipertensión de la Asociación Americana del Corazón que se celebra en Chicago.
Según señalan los investigadores, ésta es la primera evidencia del papel de la fructosa en la subida de la presión sanguínea y un descenso del ácido úrico en la protección contra el aumento de la presión arterial. En el estudio, el consumo excesivo de fructosa parecía precipitar el inicio del síndrome metabólico, un conjunto de factores de riesgo asociados con el desarrollo de la enfermedad cardiovascular y la diabetes tipo II. Por otro lado, el fármaco para la gota parecía detenerlo, posiblemente al reducir el ácido úrico, que afecta a la presión sanguínea. La fructosa, uno de los varios azúcares de la dieta, constituye alrededor de la mitad de las moléculas del azúcar de mesa. La fructosa es el único azúcar común que se sabe que aumenta los niveles de ácido úrico.
ración diaria
El equipo de Pérez-Pozo evaluó a 74 hombres con una edad media de 51 años que consumían una dieta que incluía 200 gramos de fructosa al día, además de su menú habitual. La mitad de estos hombres fueron asignados de forma aleatoria a tomar el fármaco antigota conocido como allopurinol, y la otra mitad actuaba como control. Después de sólo dos semanas de dieta, el grupo que tomaba la fructosa y el placebo experimentó un umento significativo de la presión sanguínea de alrededor de 6 milímetros de mercurio (mm Hg) en la sistólica, la que se produce cuando el corazón late, y de unos 3 mm Hg en la diastólica, la que se produce entre los latidos.
Por el contrario, los hombres que tomaban la fructosa y el fármaco antigota tenían menores niveles de ácido úrico y no mostraban un aumento significativo en la presión sanguínea y volvieron a la normalidad en los dos meses siguientes tras finalizar el estudio. Los resultados también mostraron cambios en la incidencia del síndrome metabólico. Según los investigadores, estas conclusiones sugieren que la fructosa podría ser una causa del síndrome metabólico y que su consumo excesivo podría contribuir a la obesidad y la diabetes. La fruta, que tiene entre 4 y 10 gramos de fructosa por ración también contiene muchas sustancias beneficiosas que contrarrestan los efectos de la fructosa.