Las tropas leales a Gadafi recuperan plazas tomadas por la oposición empleando una violencia indiscriminada

Las fuerzas leales a Muamar Gadafi atacan sin contemplaciones poblaciones y puntos estratégicos. La espiral de violencia y locura desatada por el dictador parece no tener límites ni fin. Es una guerra civil desequilibrada donde la mayoría, representada por el pueblo libio revolucionado, sin instrucción militar ni armamento adecuado, no consigue avanzar hacia Trípoli y se limita a intentar frenar el avance de la minoría fiel al dictador, fuertemente armada, en otros puntos del país. Los mercenarios y milicias gadafianas utilizan sistemáticamente los ataques de artillería y bombardeos generalizados para destruir las resistencias.

El fútbol tradicional argentino se basó en el toque y el gambeteo. Creó estilo y deseos de emulación en la gira del San Lorenzo de Almagro en 1947. Desde entonces, el fútbol español ha tratado de renunciar a la furia para imitar a los suramericanos. Ahora, el toque es cosa de la selección española y la carrera y el balón largo para el contragolpe, argentinos.
Anoche, con delanteros tan peligrosos como Messi, Higuaín y Di María en medio partido solamente creó un par de peligros, uno de ellos el remate de Di María. Su inconsistencia estuvo definida por la ausencia de buen juego en el centro del campo. Tampoco sus laterales, Coloccini y Ansaldi apoyaron el ataque como lo hicieron Sergio Ramos y Capdevila.
Los argentinos son grandes competidores y creer que en un partido amistoso van a recitar versos es error. Ante la mejor conducción de la pelota de los españoles, y el peligro constante de Silva, Villa, Xavi, Iniesta y hasta Xabi Alonso, quien se sumó al ataque y el disparo de Silva, que no pudo detener Romero lo convirtió en gol, los defensores argentinos recurrieron a la entrada fuerte.
En la segunda parte Argentina salió enfurecida y le quitó el balón a España. Jugó con más ímpetu todavía y el penalti de Albiol les proporcionó el empate. La selección de Vicente del Bosque acabó ganando porque de los tres penaltis argentinos el árbitro concedió uno, que Alonso convirtió en el tanto victorioso.
Argentina no posee la cali- dad de antaño, pero no ha perdido ninguna de sus vir- tudes como competidora al más alto nivel. El equipo de Diego Armando Maradona cuenta para el Mundial de Suráfrica.