hoguera

Guti se consume en la hoguera

Guti salió andando y jugó andando. La parsimonia del media punta, que ayer fue capitán, respondió a un plan. Un poco por las lesiones, otro poco por la edad, y otro poco por su indolencia poética, el media punta lleva meses sin jugar con continuidad, y ayer salió con el depósito medio vacío. Esto representó un problema para Pellegrini, que resolvió poner a su jugador bandera de entrada, a riesgo de que se quedara sin energía antes de que la eliminatoria estuviese resuelta. Para alargar su permanencia en el campo, Guti se dosificó. Levantó el pie del acelerador y se mantuvo alejado de la línea de presión francesa. Cuando el Madrid tuvo el balón, el Olympique se concentró en su campo. Así es que Guti dio unos pasos atrás y esperó. Apenas tocó la pelota en los primeros minutos. Estuvo tan tapado que Gouvou, Pjanic y Makoun se olvidaron de buscarlo. Por un momento le perdieron el rastro. Fue en el minuto cinco. Guti recibió el balón en el carril del diez, en su propio campo. Sus adversarios debieron pensar que estaba lejos para preocuparse. Que sus misiles estaban fuera de alcance. Guti levantó la cabeza tranquilamente, golpeó el balón con el interior de la bota, plano, con el movimiento pendular de un hierro de golf. La pelota salió recta, paralela a la raya del lateral izquierdo. Ronaldo la acompañó, la controló, y voló tirando la diagonal al primer palo. Cuando Cris le salió, se lo quitó de en medio como a un mueble. Ante el peligro inminente, Lloris hizo lo que debía: se puso de cuclillas y tapó su palo. Ronaldo remató con la zurda y la pelota pasó por entre las piernas del portero. Fue el primer gol que recibía el Olympique desde el 30 de enero.
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