Muamar el Gadafi dejó escrito en los años setenta lo que pensaba del fútbol en su famoso Libro Verde, el singular código social y jurídico que implantó en Libia: "Los aficionados al fútbol y a los deportes son completamente idiotas, hasta el punto de que llevan al campo de juego todas sus frustraciones e incapacidades. Son gente fracasada, desperdiciada". Sin embargo, a su hijo Saadi, de 38 años, quien huyó el domingo a través del desierto hacia Níger, le consintió muchos fracasos.