MADRID- El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela, bendijo ayer los locales de la sede de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid 2011, situados en la madrileña plaza de san Juan de la Cruz, en un acto presentado por César Franco y que contó con la presencia de la Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, y con una nutrida representación de jóvenes.
«Comienza hoy la carrera hacia la JMJ, un evento extraordinario en que podremos vivir la universalidad de la Iglesia, en unión con el Papa, con más de un millar de obispos de todo el mundo (casi un tercio del episcopado mundial), con millares de sacerdotes, de padres de familia, de niños y niñas, pero sobre todo de muchísimos jóvenes de todo el mundo», manifestó.
El arzobispo explicó que los objetivos de la JMJ son dos: promover un gran encuentro de los jóvenes con el Señor, por un lado, y mostrar al mundo el testimonio de los jóvenes de la Iglesia, es decir, hacerles saber que «conocer a Cristo y seguirle es el mejor camino para ser realmente felices», por el otro.
El cardenal destacó también el enriquecimiento social, cultural y económico que supondrá la JMJ para Madrid y para España, ya que «contribuye a sembrar la buena humanidad, la buena juventud, el buen estilo de vivir y el buen estilo de Madrid». «Madrid irradiará los mejores valores», agregó. Tras el acto, en un breve encuentro informal con los medios, el cardenal se referió positivamente al clima de cooperación existente con las Administraciones públicas e hizo pública la composición del Comité Organizador de la Jornada de la Juventud de 2011.