La situación de las Brigadas Verdes empieza ya a rozar lo rocambolesco. Cuando todo parecía indicar que la decisión de incluir a la plantilla en TRAGSA era inamovible, la Ciudad va y renueva el convenio que mantiene con la Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos para... ¿mantener en ella a los trabajadores de la entidad?

Lo cierto es que poco o nada se sabe al respecto. A falta de escasos días para que se celebre la sesión plenaria para la aprobación definitiva de los presupuestos de la Ciudad, el ente público ha decidido recortar la cuantía de la que se beneficiará la FPAV a lo largo de 2023, pasando de los 4,6 millones de euros inicialmente presupuestados a 'solo' 3. En términos porcentuales, el reajuste resulta en una reducción superior al 33%. Al parecer, el artífice de tal enmienda habría sido el Partido Socialista.

Cabe recordar que la noticia sobre la futurible adhesión a TRAGSA no sentó nada bien a lo que, en un principio, parecía una amplia mayoría de asalariados (ello, muy a pesar de que la reubicación llevaría aparejadas suculentas mejoras laborales para estos). Tras un extraño e inusual referéndum, se supo que algo más de la mitad de la plantilla era reacia a la resolución de Medio Ambiente. Aun no siendo vinculante el resultado salido de las urnas, el mismo parece haber tenido cierto 'impacto' en los despachos del consistorio.

Según el Ejecutivo, una vez que los trabajadores rechazan formar parte de TRAGSA, se desecha la idea para evitar posibles problemas derivados. Entonces, ¿significa eso que las Brigadas Verdes seguirán dentro de la Federación de Vecinos? Es difícil saberlo.

Desde la Ciudad, afirman que el abrupto recorte en la partida presupuestaria asignada a la entidad obedece a la reducción en el número de operarios que la FPAV tiene en nómina. Así, los 4,6 millones de euros iniciales correspondían al último ejercicio en el que las Brigadas Verdes tuvieron 154 empleados en sus filas. Luego de varias jubilaciones, estos han pasado a ser 134 (de ahí, supuestamente, la bajada).

Juan Gutiérrez y los suyos, partidarios primigenios de la opción de TRAGSA, sostienen que la medida no constituye más que una suerte de 'parche' para seguir pagando a los trabajadores hasta que se consume su reubicación. La propia Federación de Vecinos también ha presentado una enmienda al documento presupuestario, pero no parece que esta vaya a ser tenida en consideración por el área de Hacienda.

En cualquier caso, la cosa se pone interesante (si es que se puede decir eso sobre un suceso como el que nos ocupa). Lo único claro es que habrá que seguir esperando acontecimientos para saber cuál es el desenlace de este insólito episodio.