No es una avería como aquella fatídica que dejó sin suministro a los vecinos del campo exterior durante varias jornadas hace ahora cuatro meses, pero tampoco es moco de pavo. No ha provocado que la zona afectada quede anegada, pero va camino de hacerlo. No se ha arreglado todavía, pero... No, no hay ningún 'pero': aún no se le ha metido mano (y nada lleva a pensar que se vaya a hacer mañana o pasado).

Su origen está en la céntrica calle Cervantes. De momento (y solo de momento), ha afectado únicamente al garaje al que se accede a través de Amargura. Desde hace ya varias semanas, este luce completamente encharcado. La culpa la tiene una fuga en una tubería de esas que ACEMSA acostumbra a gestionar tan intachable y diligentemente.

Como en toda fuga, se está perdiendo agua, mucha agua. Pero no pasa nada, porque se paga con tu dinero y el mío; no hay ningún problema. Según contaba a este digital el presidente del bloque de viviendas afectado por la coyuntura, "hace tiempo que se dio parte a ACEMSA". La cosa, no en balde, está completamente parada: a fecha de 11 de enero de 2024, no hay obras a la vista.

Desde la comunidad, dicen estar "a la espera de que se apruebe una licitación". "No sabemos cuándo se hará", decía un veterano residente. Lo peor de todo es que el escenario actual no supone ninguna novedad para quienes habitan el inmueble. "Llevamos años con esto", apostillaba el mismo propietario. "Así estamos", incidía, visiblemente resignado.

En un intento por dilucidar a quién correspondía la responsabilidad de la rotura, los operarios de la sociedad municipal vertieron hace tan solo una semana un tinte por el conducto presumiblemente dañado. A los pocos días, premio: el desperfecto era (es) cosa del ente público; pocas dudas quedan al respecto.

Cuenta el presidente del edificio que la problemática sobrevino a raíz de las obras recientemente acometidas en la propia calle Cervantes. Desde entonces, "cae agua por dos sitios". Y es que, para más inri, además de la fuga que ha propiciado la elaboración de este humilde artículo, hay otra cuya fuente se encuentra en algún punto de la vía contigua.

Las plantas perjudicadas son la -2 y la -3. En la primera de estas, el agua entra a través del tabique que está pegado al tubo de servicio. Lo hace por medio de pequeñas roturas y diminutos boquetes. Al tocar tierra firme, va formando numerosos charcos a su paso. Al final, por una cuestión puramente física, el líquido se filtra y termina por llegar al nivel más bajo; es ahí donde más cantidad se acumula.

No es que estemos ante una inundación como la recreada en la película Lo imposible, pero la preocupación de los propietarios está ahí. "Esperemos que el techo no se debilite y se acabe viniendo abajo", formulaba el presidente. Visto el panorama, nada es descartable.

"Dicen que no pueden cortar", relataba al que escribe estas líneas un hombre cuyo coche duerme cada noche justo debajo de un foco de goteras. Se hace cada vez que se produce una avería de similar naturaleza; da igual dónde: se cierra la llave de paso y a taladrar. Aquí, por lo que sea, aún no se ha hecho. Explicaciones, ninguna.

El pasado día 2, la comunidad elevó una queja formal a la Administración local. Cabe mencionar que esta, no en balde, no ha sido la única reclamación interpuesta hasta la fecha, mas sí otra que ha terminado en el fondo de un cajón. En todas las ocasiones, la respuesta ha sido la misma: la nada; el más absoluto de los silencios.

Del lado de los vecinos, el asunto lo está llevando un bufete de abogados: la Asesoría Leimar. El último escrito, de hecho, lo remitió esta misma. En él, la mercantil expone que "se está a la espera de comenzar la obra". Cuándo, no se sabe: "Puede ser mañana o dentro de un mes".

De parte de Medio Ambiente, el (supuesto) encargado de gestionar el marrón está siendo José María Cuéllar Ortiz, actual jefe de Área de ACEMSA, quien, al parecer, "está informado de primera mano". No solo eso: el funcionario está al tanto de que la circunstancia "está afectando al garaje de forma importante". Así se especifica -literalmente- en la misiva de Leimar.

Resulta importante subrayar que lo de 'supuesto' no es gratuito: tras varios intentos (y a diferencia de lo ocurrido con el bando vecinal), la empresa pública aún no ha ofrecido a Ceuta al día su versión de los hechos. Parece, por tanto, que la única opción posible pasa por armarse de paciencia: toca esperar (habrá que ver cuánto).