DIGITALIZACIÓN A MEDIAS

La Estación del Ferrocarril: moderna, pero no mucho

La Estación del Ferrocarril: moderna, pero no mucho
Estación del Ferrocarril ordenadores obsolescencia Windows 7 sistema operativo
Ordenador público de la Estación del Ferrocarril ejecutando Windows 7 / A. Castillo

Pese a los 10 millones de euros de inversión que sobre él pesan, el flamante Centro Cultural utiliza ordenadores antiguos, casi obsoletos, con versiones de Windows sin soporte ni licencia y con un subsiguiente riesgo en materia de ciberseguridad


La Ciudad la vendió como "un punto de encuentro para el desarrollo de eventos y actividades", uno que estaría a la altura de las dos bibliotecas públicas; lo está siendo. Dijeron que su puesta en marcha permitiría "ampliar y reforzar la oferta cultural"; se está cumpliendo. Aseguraron que vendría acompañada de "nuevo equipamiento"; no fue así (no, al menos, en sentido estricto).

Zona de estudio de la Estación del Ferrocarril / Archivo
Zona de estudio de la Estación del Ferrocarril / Archivo

Tras un desembolso cercano a los 10 millones de euros, la renovada Estación del Ferrocarril abrió sus puertas en septiembre de 2022 con dos propósitos entre ceja y ceja: el primero, crear una especie de 'santuario' en torno a esa icónica locomotora que, antaño, se paseaba a diario entre Ceuta y Tetuán; el segundo, instaurar alrededor de ese mismo 'santuario' un espacio de estudio y/o desconexión como pocos existen. No es que los objetivos no se hayan materializado, es, simplemente, que hay cosas que se han quedado por el camino.

Entre tanto dispendio y primeras calidades, hay -a la vista de todo el que pone un pie en el recinto- tres ordenadores de uso público. Serían (son) tres equipos corrientes y molientes si no fuese por un sutil detalle: uno de ellos ejecuta Windows 7. Si no te gusta la informática o crees que no hay nada de malo en ello, déjanos decirte que hablamos de un sistema operativo que fue lanzado al gran público en 2009, esto es, hace catorce años. Si sigues pensando que la cosa no tiene mayor recorrido, te equivocas: estamos frente a un verdadero imán de virus (literalmente).

Estación del Ferrocarril ordenadores obsolescencia Windows 7 sistema operativo
Ordenador público de la Estación del Ferrocarril ejecutando Windows 7 / A. Castillo

Poco después de su liberación, Windows 7 se convirtió en un software de lo más aclamado. Su grado de aceptación fue tal que no tardó en superar la cuota de mercado del icónico y casi inmortal Windows XP. Por desgracia para los más geeks, la tecnología tiene siempre un principio y un final. Aunque se hizo esperar, el del predecesor del infausto Windows 8 llegó el 14 de enero de 2020. Fue entonces cuando Microsoft dejó de dar soporte al sistema, lo que, traducido al castellano de a pie, viene a significar que la compañía con sede en Redmond lleva casi un lustro sin buscar (ni corregir) posibles vulnerabilidades. La contraparte la ponen los malos, miles de mal llamados ‘hackers’ que llevan desde antes de la pandemia explorando la manera de romper el SO; un peligro en toda regla. Precedentes, desde luego, hay muchísimos.

Si bien son bastantes los desarrolladores que, hasta la fecha, han mantenido actualizadas sus respectiva aplicaciones (casi por pura presión social), los pocos que aún confiaban en Windows 7 ya han dejado de hacerlo. Sin ir más lejos, Google puso el broche a su programa de parches en Chrome hace ya unos cuantos meses. La mayoría de los antivirus -gratuitos y de pago- están empezando a sufrir la misma suerte, por lo que solo queda aquello de ‘¡corred, insensatos!’.

Para rizar aún más el rizo, la interfaz de usuario de la máquina que ha propiciado la elaboración de este modesto escrito muestra a cada rato un molesto mensaje emergente que recuerda al usuario de turno que la copia que se está ejecutando no es legítima. "Activar Windows ahora", introduce el cuadro. "Un cambio en un controlador o en el hardware requiere que se vuelva a activar Windows", continúa.

Estación del Ferrocarril ordenadores obsolescencia Windows 7 sistema operativo
Ordenador público de la Estación del Ferrocarril ejecutando Windows 7 / A. Castillo

En este caso concreto, la mejor opción pasa por dar el salto a Windows 10. Una licencia por volumen cuesta de 8 a 12 euros, por lo que no hablamos, precisamente, de una inversión imposible de acometer. En el peor de los casos, una clave de activación podría superar los 150 o 200 euros; sigue sin ser un despropósito para una Ciudad que maneja un presupuesto multimillonario. Por si lo pensabas: no, no es publicidad; no nos paga Microsoft (ojalá nos pagara Microsoft), es, sencillamente, que no tiene ningún sentido tener a disposición del ceutí medio un PC que roza la obsolescencia, máxime cuando todo lo que rodea a este está más que al día.

Estación del Ferrocarril ordenadores obsolescencia Windows 7 sistema operativo
Ordenador público de la Estación del Ferrocarril ejecutando Windows 7 / A. Castillo

Desde la Estación, dicen no tener “ni idea” ni de la antigüedad ni de las características de los aparatos. Se instalaron “en septiembre de 2022”; su uso se reduce a “hacer reservas”. Sin entrar en demasiados detalles ni tecnicismos: los componentes -a excepción de algunos- son antiguos, pero son perfectamente aptos para correr una versión más moderna de Windows. De nuevo, no hay excusas.

Si eres un nostálgico o un romántico, puede que la idea de utilizar Windows 7 a las puertas de 2024 te resulte hasta atractiva. Si eres un forofo de la informática, seguro que la cosa te hace menos gracia. No cabe duda de que las despedidas son siempre amargas, pero hay que saber decir 'adiós' (y pagar por el software que se utiliza, que nunca está de más si eres un organismo público).

La Estación del Ferrocarril: moderna, pero no mucho


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad