MEJILLONÁ

Inicio del carnaval en Ceuta: "¿Por qué la gente no se disfraza y come mejillones?"

Inicio del carnaval en Ceuta: "¿Por qué la gente no se disfraza y come mejillones?"
Un momento de la mejilloná.
Un momento de la mejilloná.
Lleno absoluto en el arranque de los festejos carnavalescos en Ceuta, con los bivalvos volando desde primera hora, coplas para todas las ideologías y sin disfraces

El vasco Iñaki Santurce aparece pasadas las tres de la tarde por el Auditorio de La Marina. Es su primera vez en el evento inicial del carnaval ceutí y, aunque valoró varias opciones, se ha disfrazado de "italiano", con un jersey de marca, pantalones apretados y las zapatillas blancas bien limpias. Cuando llega al lugar, observa el cartel que reza 'mejilloná' , con una flecha señala al lado contrario al de la entrada, como para "despistar". También hay varios platos de mejillones vacíos sobre las vallas.

Un momento de la mejilloná.
Un momento de la mejilloná.

La primera persona a la que observa, va vestida con un plumas y unos vaqueros: "De clase obrera, supongo", piensa sobre lo que interpreta debe ser un disfraz poco esforzado. Sin embargo, una vez dentro, ve que o casi todos van de "clase obrera" o allí nadie se ha disfrazado. Entonces se pregunta: "¿Por qué la gente no se disfraza y come mejillones?

Un momento de la mejilloná.
Un momento de la mejilloná.

Los moluscos bivalvos ya habían volado cuando entró, pero a él no le gustan mucho, es más de "txuleta". Comenta que ha tenido suerte de no ir disfrazado de Ruíz Mateos como tenía previsto, porque, como va, aún pasa "desapercibido".

El bilbaino, al que agrada la música de las comparsas -actuaron ‘La Algarabía’, ‘Pa Raphael, Rafa yo! La vida de un ególatra’, ‘Las devotas’, ‘Me faltan dos’, 'Los lengüetas' y ‘Una chirigota completa’- pasa rápidamente a pedir algo de beber y buscar respuestas.

Un momento de la mejilloná.
Un momento de la mejilloná.

Habla entonces con una ceutí veterana del festejo, Josefina Pérez, que sujetaba la barra del lateral del Auditorio. "Que se yo chico, aquí uno no acostumbra a disfrazarse", le cuenta. Ella este año no tiene planes para vestirse por carnaval, aunque reconoce que en algunos momentos sí lo ha hecho con "algún grupo de amigas".

Un momento de la mejilloná.
Un momento de la mejilloná.

En estas alguien, medio en serio, medio por si cuela, pide una de callos en la barra. En ese momento Santurce recuerda su otra gran duda, el porqué de los mejillones. "Hasta donde sé, ha querido ser una imitación de Cádiz, donde comen erizos. Como aquí somos muy rumberos, pues mejillones", zanja Pérez.

Un momento de la mejilloná.
Un momento de la mejilloná.

Santurce, como buen profesional de la información, opta por contrastar la versión que la mujer le había dado. De la que va a buscar a quién más interrogar sobre el asunto, suena una copla "en contra de la dictadura de Pedro Sánchez". Al vasco no le hace mucha gracia y silba. Entre el mogollón escucha un comentario: "La letra mal y la música fatal". Le entran ganas de aplaudir.

Finalmente acaba por encontrar al fondo del Auditorio una segunda opinión sobre disfraces y mejillones. "A mi los bivalvos no me van mucho, los como, pero no me hacen mucha gracia", le cuenta Daniel Sánchez, un chico joven que toma unas cervezas junto a otros dos amigos. "Creo que es un plato típico de aquí, no. El pescado por carnaval, y tal", añade.

Un momento de la mejilloná.
Un momento de la mejilloná.

Sobre los disfraces le explica que "lo habitual es llevarlos el día de la cabalgata". Le reta entonces a que adivine de que va a ir el en unos días. "De 'La que se Avecina', posiblemente de Amador". Los dos ríen. Sánchez es un habitual del carnaval, principalmente porque su padre "es conocido en este mundillo" y le acompaña a ver a las comparsas.

Se da otra vuelta entre la marabunta Santurce. Observa a niños pequeños al borde de la cabezada en brazos de sus padres, gente con refrescos, pero también algunos con combinados alcohólicos en vasos grandes. "Habrá que retirarse pronto, que mañana se trabaja", dice interpelando en la distancia a un hombre de mediana edad que asiente.

Un momento de la mejilloná.
Un momento de la mejilloná.

De fondo escucha un tema de los lengüetas: "Marinero a tus zapatos", cantan los de Josemi Romero. "Nada tiene sentido", piensa para sus adentros el vasco, que habiendo disfrutado de la tarde, se dirige a la salida.

Justo en el pasillo que lleva al exterior del Auditorio, Eduardo Ayala, el asesor delegado de Cultura, cuenta sus impresiones sobre el festejo. Insiste en que lo normal es no ir disfrazado a este primer acto del carnaval y no le suena que alguien lo haya hecho alguna vez.

Un momento de la mejilloná.
Un momento de la mejilloná.

Tampoco tiene claro el inicio de la tradición mejillonera. "Es de toda la vida, pero no sabría decir el motivo", lamenta el cargo de la Ciudad, muy aficionado al carnaval -"he estado en una agrupación", dice-, asegurando que se disfrazará en los próximos días, sin querer revelar cuál será el personaje elegido, ni la clase de elementos de atrezzo que deberá llevar consigo.

Tras poner la oreja en el corrillo y pasar una tarde agradable, Santurce entiende que la mejilloná no va de lógica, sino que nace de la pulsión del pueblo y sus tradiciones y saca una conclusión clara: "Ahí va la ostia, lo importante es pasarlo bien".

Inicio del carnaval en Ceuta: "¿Por qué la gente no se disfraza y come mejillones?"


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