FOTOGRAFÍA

La cámara de Petri Damstén, un oscuro escáner del alma humana

La cámara de Petri Damstén, un oscuro escáner del alma humana
Asistentes a la inauguración de la muestra de Petri Damstén, en la sala FIAP del Revellín.
Asistentes a la inauguración de la muestra de Petri Damstén, en la sala FIAP del Revellín.
Pensamientos suicidas, la vida en el filo, la obsesión sexual, la carencia de empatía o la niñez robada aparecen de pleno en la exposición 'La Habitación Oscura', para la que el autor se basó en lo que le generaba "la escucha de heavy metal"

El finlandés Petri Damstén se encerró en su mundo con la música bien alta y la escucha de heavy metal le inspiró a un oscuro recorrido fotográfico por las carencias y los miedos más internos del ser. Vivir en el alambre, las ideaciones suicidas, la obsesión más perturbadora con el sexo, la niñez robada o la soledad por falta de empatía protagonizan su exposición, 'La Habitación Oscura', que quedó inaugurada este jueves en la sala FIAP del Teatro Auditorio del Revellín.

Una muestra de treinta fotografías honestas, técnicamente brillantes -el tratamiento de la luz es soberbio- y en ocasiones difíciles de digerir para el estómago sensible. Jesús Valle, secretario del colectivo 'Miradas', encargado de traer las instantáneas del finlandés, explicó el proceso creativo de Damstén, brotando de la música y también el éxito de esta colección: "Comenzó difundiéndolas por redes sociales durante la pandemia y el agobio por el encierro que arrastraba la gente ayudó a su popularidad", abundó durante la inauguración, a la que acudieron también las concejalas Pilar Orozco y Nabila Benzina.

Una de las fotografías de la muestra de Petri Damstén, en la sala FIAP del Revellín.
Una de las fotografías de la muestra de Petri Damstén, en la sala FIAP del Revellín.

Todas las tomas se sitúan en una habitación con fondo negro, en la que una o varias personas, con la cara tapada, realizan o reciben acciones. La que abre la hilera muestra un brazo saliendo del humo que empuña una pistola apuntando a la cabeza de la figura central, sentada en un trono.

De ese retrato de la ideación suicida se pasa al amor tóxico, con la sencilla presencia de un sujeto con un globo de helio rojo con forma de corazón atado al cuello.

Una de las fotografías de la muestra de Petri Damstén, en la sala FIAP del Revellín.
Una de las fotografías de la muestra de Petri Damstén, en la sala FIAP del Revellín.

Igual de directa es otra en la que la figura humana protagonista, que lleva unos cascos de cancelación del ruido se rodea de otras dos, una con un cartel de silente en la boca y otra con los ojos tapados por una franja negra o aquella que parece centrarse en el pensamiento guiado por el impulso sexual, la promiscuidad y el onanismo, cuando el hombre tiene un pene incrustado en la venda que le cubre la cabeza y otros falos aparecen tirados por el suelo.

La cámara de Petri Damstén, un oscuro escáner del alma humana


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