TEATRO

Luces fuera: es la hora del terror

Luces fuera: es la hora del terror
Teatro Auditorio Revellín Todas las hijas obra 2024
Un momento de 'Todas las hijas' / A. C.
Tras largos años alejado del suspense, Todas las hijas ha devuelto el miedo al Teatro Auditorio del Revellín haciendo del recinto escenario de una trama atravesada por la incertidumbre y la inquietud constantes, una en la que nada es lo que parece

No todo iba a ser Disney; no todo iba a ser comedia, drama o historia: Cultura tenía que hacer sitio urgentemente a otros géneros. Hoy, 13 de abril, tras largos meses -puede que años- de homogeneidad, el terror ha vuelto, por fin, al Teatro Auditorio del Revellín. Lo ha hecho por mediación de Todas las hijas, una inusitada función atravesada por la incertidumbre y la inquietud constantes, una donde nada es lo que parece y en la que el miedo impregna hasta las vestimentas de sus personajes.

Teatro Auditorio Revellín Todas las hijas obra 2024
Pilar Matas, durante la representación de Todas las hijas en el Revellín / A. C.

La obra lleva la rúbrica de Andrés Lima y David Caiña, dos figuras de sobra conocidas dentro del inabarcable mundo de la representación. Más afamadas que ambos dos son las actrices que dan forma al elenco teatral. Son cinco -todo mujeres-; puede que alguna te suene: Goizalde Núñez, Gemma Martínez, Pilar Matas, Sol Maguna y Vito Rogado.

Teatro Auditorio Revellín Todas las hijas obra 2024
Sol Maguna, Goizalde Núñez y Gemma Martínez, durante la representación de Todas las hijas en el Revellín / A. C.

Al ser la trama la propia de una representación de nicho, el lleno del Revellín distaba mucho del de las grandes citas. Nada en el principal; nada en los palcos: esta vez, solo había público en el patio de butacas. A ojo de buen cubero, el que suscribe diría que han sido alrededor de 300 los espectadores que han secundado la propuesta. Sea como fuere, si la concurrencia no ha sido mayor es, sencillamente, porque Todas las hijas no ha recibido la promoción que merecía. Calidad, desde luego, había a raudales.

Teatro Auditorio Revellín Todas las hijas obra 2024
Tres mujeres, listas para presenciar la representación de Todas las hijas / A. C.

Pasadas las siete y media de la tarde, todos los asientos reservados lucían ya ocupados por sus legítimos dueños. De repente, cuando nadie se lo esperaba, oscuridad. Esta era tan densa que hacía que la platea se tornase en un ambiente poco apto para medios gráficos; la negritud era tal que costaba sacar una sola imagen nítida.

Teatro Auditorio Revellín Todas las hijas obra 2024
Un momento de Todas las hijas / A. C.

Lo primero en entrar en escena -antes, incluso, que las intérpretes- era el sonido. La megafonía del recinto iniciaba replicando el ir y venir de unos pasos. Al rato, estos se multiplicaban; aparecían -ahora sí- quienes los provocaban. Antes de que arrancasen a hablar, un desgarrador grito dejaba helados a todos cuantos allí había.

Teatro Auditorio Revellín Todas las hijas obra 2024
Vito Rogado, durante la representación de Todas las hijas en el Revellín / A. C.

Las pisadas daban paso a unas voces, susurros ininteligibles que aumentaban de tono a medida que el escenario se aclaraba. "Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores", repetían las actrices. Sobre las tablas, comenzaban a vislumbrarse cuatro grandes paneles translúcidos dispuestos de manera rectangular.

En medio del constante vaivén, aparecían los primeros (y únicos) enseres de la escenografía: una mesa y cinco sillas. Llegados a este punto, nada es lo que parece: una de las mujeres está embarazada y no sabe por qué; otra de ellas está descalza; las tres restantes no presentan ninguna peculiaridad (aunque solo aparentemente).

Teatro Auditorio Revellín Todas las hijas obra 2024
Un momento de Todas las hijas / A. C.

Sin comerlo ni beberlo, el teléfono suena. "Es mi amá", vocea una fémina con notable acento vasco. "Estoy en el teatro, ensayando", repite, una y otra vez. "Que te tomes la pastilla, amá", reitera en hasta cinco ocasiones. Efectivamente, las intérpretes están en medio de un ensayo. Lo inusual es que este transcurre en plena medianoche. "No sé a quién se le habrá ocurrido", espeta la actriz más joven de todas.

Teatro Auditorio Revellín Todas las hijas obra 2024
Goizalde Núñez y Vito Rogado, sobre las tablas del Revellín / A. C.

La situación provoca que el ensayo se detenga, oportunidad que las cinco aprovechan para contar historias y vivencias; todo ello, con un tono algo creepy. Lo cierto es que hablan "porque necesitan hablar"; así lo especifican los autores en el escrito teatral. Entre tanta batallita, aparece un sentimiento de profunda "inquietud", uno que se instala "en el fondo del pecho, entre el corazón y el pulmón, donde se siente y se respira".

La trama teoriza que esa "inquietud" puede ser producto de muchas circunstancias: puede ser "el miedo", puede ser "el dolor", puede ser "la edad", puede que hasta sea "la soledad". Sea como fuere, a todas las mujeres les viene el mismo recuerdo: el de sus madres.

Teatro Auditorio Revellín Todas las hijas obra 2024
Un momento de Todas las hijas / A. C.

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