ARRANCA EL CARNAVAL

Los mejillones vuelan entre coplas, guiños y buen rollo

Los mejillones vuelan entre coplas, guiños y buen rollo
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Uno de los integrantes de los Ya Son Five.

Arrancó el Carnaval de 2023, el primero a pleno pulmón tras la pesadilla de la pandemia. Y había ganas. El auditorio de la Marina rozó el lleno absoluto a pesar del mal tiempo de los días precedentes, del desapacible levante y de todo. Un rayito de sol, una pequeña tregua, y los mejillones volaron. 500 kilos en hora y media apenas. “O sea que hay muchas ganas de Carnaval, de disfrutar de estos días y efectivamente no siempre se acaban y esta vez se han acabado. Muy contento y muy satisfecho”, ha reflexionado el máximo responsable de Educación y Cultura, Carlos Rontomé desde la grada.

En lo que duró la actuación de la agrupación Algarabía, teloneando a las agrupaciones que se jugarán el cobre sobre las tablas del teatro el próximo sábado, ya no había mejillones que repartir.

Después una a una, las agrupaciones que competirán se han ido subiendo al escenario para dar algún apunte de su repertorio, pero sobre todo para hacerse guiños entre ellas. Cantando temas de los que triunfaron antes en el teatro y se han quedado en los corazones de los carnavaleros ceutíes.

Algunas han intercambiado más que guiños y han premiado con regalo el cable echado en la composición para este año. Pocas veces se había visto tan buen rollo en el auditorio en este arranque de Carnaval que irá calentando motores (falta hace a la vista del tiempo que viene) durante esta semana para desembocar en el concurso de agrupaciones el sábado y el casi seguido Dominguito, para dar paso al carnaval de calle.

El remate lo han puesto los Ya Son Five venidos de Caí y con el consiguiente mareo provocado por el Levante que les ha dado bastante juego para presentarse ante el público. Su tirón, se podría decir que no ha sido tanto como el de los mejillones o el de las agrupaciones locales. Muchos a las casi cinco de la tarde cuando han saltado se habían largado ya del auditorio. Se perdieron un repertorio lleno de gracia y chispa que hizo sonreír mucho al público.

Los mejillones vuelan entre coplas, guiños y buen rollo


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