"Para la mujer es un momento complicado, ya no tenemos que pelear por los derechos formales, sino por los simbólicos"

"Para la mujer es un momento complicado, ya no tenemos que pelear por los derechos formales, sino por los simbólicos"
Un momento del acto 'Con voz de mujer', en el Teatro Auditorio del Revellín.
Un momento del acto 'Con voz de mujer', en el Teatro Auditorio del Revellín.

Mariola Cubells y Eugenia Tenembaum reflexionan en Ceuta sobre el papel femenino en la historia del arte y sobre la generación de mayores de cincuenta años que lo cambió todo: "Hemos sido pioneras en muchos avances sociales y no nos hemos dado ni cuenta"


De un lado Mariola Cubels, periodista y escritora de 57 años, del otro, Eugenia Tenembaum, historiadora del arte, comunicadora y activista, entre otras muchas cosas, de tan solo 28. En medio, dos historias diferentes. La primera, la de la generación de mujeres de más de cincuenta años que rompió las cadenas sociales en España. Después, la presencia de artistas en la historia.

Ambas participaron este viernes en el evento 'Con voz de mujer' -organizado en el Revellín por la Cadena Ser con el apoyo de la Ciudad de Ceuta-, atendiendo a este medio minutos antes del inicio del evento, en el que también participaron la psicóloga Mariam del Álamo, la monologuista Laura Ortíz y como presentadora la periodista Elena Carazo.

La generación de Cubells

Cubells venía, como dijo Cela años atrás, a hablar de su "libro" 'Mejor que nunca'. En el defiende que las mujeres de la generación que actualmente se encuentra justo por encima de los cincuenta años "rompió moldes, mandatos y llevó a cabo cosas". Considera que emprendieron "hasta de manera naif y con mucha naturalidad caminos impensables".

Un sendero que transitarían "las siguientes generaciones", aunque con excepciones. "No me gusta generalizar, pero sí que veo en ciertos grupúsculos una involución", lamenta Cubells, que se refiere sobre todo al ámbito de la maternidad. Entiende que su generación se liberó del "bebé tirano", para poder decidir si "ser madres o no, en total libertad y, en caso de optar por ello, compaginándolo con una trayectoria profesional y una vida social". Ataca de hecho la periodista a los postulados contrarios de "crianza con apego" o similares.

En cualquier caso entiende, y así se lo ha confirmado al menos su hija de dieciocho años, que sus descendientes quieren ser como ellas: "Estoy con la persona que quiero, entro y salgo cuando me apetece, trabajo en lo que me gusta, he podido decidir. Tengo una vida de puta madre", sentencia.

Amenaza sin embargo la libertad de los hijos de aquellas mujeres la situación económica, un asunto que a la periodista "abrasa especialmente". "Nosotros cuando empezamos a trabajar veíamos una proyección, veíamos que íbamos a progresar. Ahora con 24 años miran aterrorizados al horizonte", reflexiona. 

Tenembaum, los derechos formales y la pelea por los simbólicos

Jovencísima historiadora del arte, Tenembaum aprovecharía su intervención para hablar precisamente del papel de la mujer en el mundillo desde la Edad Media hasta la actualidad. Un camino tortuoso, en el que muchas "tuvieron que firmar con pseudónimos y aparecían en los gremios con el nombre del padre", pero que tuvo figuras rompedoras, como la monja alemana Hildebranda de Bingen o la pintora Rosa Bonheur.

El paso de los años ha desembocado, a ojos de la ponente en un momento "especialmente complicado". Todo porque "ya partimos de la premisa de que ya no hay pelear por los derechos fundamentales, sino por los simbólicos". Realidad que choca con los números, "pues muestran que somos las mujeres las que más estudiamos historia del arte o visitamos museos", sin que luego eso se traslade a las esferas de poder dentro del mundillo.

Y, cuando esa apuesta por la mujer se da, "cabe duda de si se hace por la presión social del feminismo o con convencimiento". En cualquier caso, para Tenembaum el dibujo es claro: "Los puestos más altos los siguen copando hombres blancos, heterosexuales y de clase media, por lo que las cosas no están cambiando tanto".

"Para la mujer es un momento complicado, ya no tenemos que pelear por los derechos formales, sino por los simbólicos"


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