El objetivo es mostrar ese mundo lejano y a la vez actual a través de los retratos de sus personas y de sus paisajes y también de los objetos cotidianos que de esas gentes siguen naciendo: arte y función unidos en una producción de autoabastecimiento consecuente a esas culturas precolombinas de las que algunas, por fortuna, sobreviven en la actualidad.
Los paisajes y gentes que han encontrado viajando a lo largo y ancho del país, así como los objetos manufacturados, primero, para su propio uso y que, como consecuencia de su extraordinaria belleza han pasado a formar parte de las colecciones artísticas. Hasta el punto de haberse creado un organismo oficial, Artesanías de Colombia, y una feria anual en Bogotá para gestionar las producciones de objetos indígenas y artesanales de todo el país. Artefactos, por otra parte, que resumen toda la experiencia y el ingenio de las tradiciones antiguas con la estética derivada de sus experiencias lúdicas y espirituales. Una buena muestra de estos objetos podrán verse en el Museo del Revellín, junto a fotografías y pinturas de Pedro Eguiluz y María Dolores Montes.
La exposición será inaugurada mañana a las 19.00 horas, con la asistencia de la consejera de Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu.