El Algeciras conquista el Murube

El Algeciras conquista el Murube
Al filo del descanso a punto estuvo de liarse la bronca

- El líder se lleva los tres puntos de Ceuta al ganar por dos goles a cuatro

- Los de Pérez pagaron caros sus errores en defensa y no parecieron peor equipo que el Algeciras

- La rebaja de precios en taquilla funcionó y el Murube vivió el mejor ambiente que se recuerda desde que pasara por aquí el Barcelona de Guardiola


Tiene el fútbol tanto como la vida. No siempre gana el que lo merece. No siempre las cosas salen como acostumbran. A veces, como en la canción de Fito “un día tuerces una esquina y te tuerces tú también”. Algo de eso hubo este domingo en el Murube. Ganó el líder, ganó el Algeciras por cuatro goles a dos al Atlético de Ceuta, que sufrió un inmerecido castigo, como poco el empate hubiera parecido más justo.

Tuvo el partido de todo además de goles. Y bien pudo haber sido todo de otra manera más bonita si el árbitro hubiera actuado de forma correcta. Es el segundo arbitraje regular tirando a malo que sufre el Atlético de Ceuta en casa. En el minuto 19 de la primera parte con cero a uno para el Algeciras, el árbitro, en exceso permiso con el juego bronco de los gaditanos, se llevó la mano al bolsillo para sacar una amarilla más que justa al número 3 del Algeciras, Víctor, pero de pronto pareció darse cuenta que escasos minutos antes ya había amonestado al mismo jugador, le tembló la decisión y la mano no asió ningún cartón. Hubiera tenido un auténtico muro por delante de 70 minutos el equipo visitante.

La permisividad del árbitro se ilustra bien con el parte de guerra, dos heridos antes del descanso, en las filas locales que tuvieron que dejar el terreno de juego para ser sustituidos. Ninguna amarilla en las acciones en las que se lesionaron. En algún caso ni tan siquiera falta. A punto estuvo su forma de entender el juego de acabar mal, al filo del descanso se armó un barullo y se cruzaron algunos empujones los jugadores, no se llegó al tortazo limpio porque mediaron los más fríos de unos y otros para separar. La grada rugía ya para ese entonces.

Nada de eso paso. El Atlético de Ceuta jugó más, quiso más la victoria que el Algeciras, pero las circunstancias del choque y la hechura de equipo llamado a pelear el ascenso hasta el final que tiene el Algeciras impidieron otro resultado. Las que tuvo las metió. El Atlético de Ceuta volvió a mostrar su lado tierno en la zaga, algo inusual en el Murube esta temporada. En casa los de Álvaro Pérez contaban todos sus partidos menos uno, ahora dos, por victorias.

No se había llegado al minuto 4 cuando el Algeciras se aprovechó de varios fallos en cadena en las marcas y Mario perforó la meta de Garrido.

No se vino abajo el Atlético que vivió unos quince minutos iniciales desnortado, en parte por el gol. A la media hora, Garrido la lío. Jugó atrás Jaime hacia el portero y todo el estadio vio venir la tragedia. Se entretuvo más de la cuenta, se la tiró a la izquierda demasiado larga, le encimó Pedrito, se la cazó y se la metió.

El gol tonto de la temporada llegó en el peor momento de todos. Con el equipo tratando de mentalizarse aún para no decaer y pelear la remontada Mario de nuevo, en otro error defensivo volvió a sacar petróleo y puso el 0-3 en el electrónico. La distancia se antoja insalvable. El Algeciras había tirado tres veces a puerta y contaba tres goles.

A la ventaja excesiva se sumaba la desmoralización propia de las circunstancias, el equipo jugaba mejor, atacaba más que su rival, pero penalizaba carísimo sus errores. Alguno muy tonto e imperdonable como el del segundo gol. Enfrente el líder con tres goles de ventaja y sólo 60 minutos por delante.

Y si el Algeciras es líder por algo, lo debe de ser (hay que intuirlo) por la efectividad que mostró en el Murube, su buen tono físico y su orden en el campo. Mucho mejor posicionado, mucho más profesional y curtido que el Atlético pareció este domingo. No titubeó, jugó duro desde el principio y aprovechó la permisividad arbitral. Ganó casi todos los rechaces con su mejor posicionamiento táctico y su corpulencia física y no perdonó cuando las tuvo.

Pero si algo caracteriza esta temporada al Atlético de Ceuta en casa es su extrema combatividad, su promesa de atacar y atacar y su mostrada capacidad para doblegar rivales por mal que puedan ponerse las cosas.

Peleó el Atlético, arropado como nunca por la hinchada. Más de mil personas largas en la grada. Funcionó a la perfección el truco de rebajar la entrada. Colas en las taquillas por primera vez. Había aficionados del Algeciras, pero volvieron al campo muchos que habían abandonado.

Tal y como quería Pérez, el buen juego en casa del equipo unido a la rebaja sustancial en los tickets propició un ambiente como no se recordaba. Para encontrar una entrada mejor que la de hoy hay que remontarse a la visita del Barcelona de Guardiola y Bojan. Lástima que no acompañó el resultado. Sí el fútbol. El equipo jugó bien, como viene haciendo, y se entregó más. Debería repetir el club la experiencia y debería la afición seguir respaldando a la plantilla.

Peleando el Atlético, Randy la encontró en el 42. Acortó distancias. En una buena internada por la banda izquierda que esta vez no tiró por tierra el línea, como muchas otras que no eran fuera de juego y que inmerecidamente señaló.

Ya en la segunda parte la fe que le quedaba al conjunto local la tiró por tierra el Algeciras. Al poco de salir de la caseta un nuevo fallo clamoroso de la defensa dejó sólo a Pedrito frente a Garrido que no perdonó.

El equipo estaba volcado arriba y dejaba mucho espacio atrás, lo que ayudó al Algeciras a tener alguna ocasión clara. Randy volvió a recortar distancias y puso el 2-4 definitivo cuando quedaba media hora de juego. Ismael Maruja, uno de los que había entrado en la primer parte por las lesiones de sus compañeros, hilvanó una jugada de escándalo, se hizo media banda sorteando rivales, la cedió a Prieto que remató en el punto de penalti en semifallo y la pelota le cayó a Randy, siempre oportuno, pero fuera de tono después de la lesión. No perdonó el africano.

Pudo el partido apretarse más, las tuvo el Atlético, pero le faltaba poco, casi marca Jaime en un corner de cabeza y Perita, reconvertido en organizador por las lesiones la estrello en el poste con toda su alma.

Al final, el Algeciras sale reforzado del derby del Estrecho. Un derby que dejó un buen espectáculo y que sirvió para que el Murube se parezca más a lo que debe ser, más lleno que vacío. Para que muchos aficionados hayan podido ver al Atlético de Ceuta que se entrega al fútbol ante los suyos, aunque como este domingo no tenga suerte y pague caros sus errores en defensa. Enfrente hoy estaba el líder, un Algeciras inmisericorde. No es lo normal. Prueben a repetir.

El Atlético ha perdido la quinta plaza a favor del Cabecense. Y se aleja de la cuarta plaza, la última de acceso a liguilla, pero en sólo un punto, ahora la distancia es de cinco. Lo malo es que la próxima semana se viaja a Coria, segundo clasificado, el otro equipo capaz de ganar esta temporada en Ceuta, lo hizo en el 54, también con más suerte que superioridad. Pero a estas alturas el próximo rival del Atlético se muestra intratable, asedia al Algeciras, sólo un punto por encima, y promete revalidar el éxito de la temporada pasada, cuando llegó a pasar la primera ronda de la liguilla de ascenso. Eso unido al bajo rendimiento del equipo fuera de Ceuta, que ganó su primer encuentro la pasada semana, no hace tener demasiadas buenas expectativas. Aunque si juegan como este domingo y mejoran la defensa, todo puede ser.

El Algeciras conquista el Murube


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