El Atlético de Ceuta supera una prueba de fe

El Atlético de Ceuta supera una prueba de fe
Un jugador del Conil progresa por la banda
- Dos goles en los últimos minutos del choque contra el Conil dan la victoria a los locales que se colocan líderes de su grupo

- Álvaro Pérez fue expulsado después de encararse con el juez de línea


Fue el de este domingo un partido que tuvo de todo y a punto estuvo de no tener lo único importante en el fútbol, los goles. El Atlético de Ceuta volvió a mostrar su metamorfosis en casa siendo un equipo bien plantado en el campo, que juega con profundidad, crea peligro y doblega a los rivales a base de esfuerzo, trabajo colectivo y a veces, como este domingo, también a base de fe para insistir hasta el límite del tiempo.

Los de Álvaro Pérez se vuelven a colocar líderes. Suman 17 puntos, uno más que sus dos seguidores inmediatos, Algeciras y San Roque y dos más que el cuarto clasificado, el Córdoba B. De los 17 puntos, 15 los han conseguido en el 54. En casa cuentan sus partidos por victorias, cinco. Un repóker triunfal que se olvida en cuando se cruza el Estrecho, ahí el Atlético tiene cuentas pendientes, sólo dos empates en cuatro partidos.

El partido contra el Conil fue divertido. Quizás no hubo un gran juego, faltaron grandes propuestas. La movió bien cuando llegó arriba el Conil y a punto estuvo de dar un disgusto. Los gaditanos se mostraron como un equipo de esos aguerridos, sin clase, pero con mucho trabajo y esfuerzo.

Y complicaron la vida a los de Álvaro Pérez. No defendieron bien las jugadas a balón parado y por ahí a punto estuvo de abrir el partido el Atlético. Sandro remató de cabeza sólo una jugada de estrategia en una falta lanzada por Pepe Martínez. La atrapó el meta Kiko.

En una contra la tiró Jorge al larguero en el minuto 27, apenas cuatro minutos después el balón volvió a besar el poste, Sandro repitió la jugada de estrategia y a punto estuvo de marcar.

El Atlético creaba ocasiones, pero no las materializaba. En otra contra se iba sólo Jorge contra el portero y otro Jorge, el del Conil lo segó con

las piernas. La falta era de roja directa. Era el último hombre, la ocasión era de peligro claro y el atacante no estaba escorado, sino que ganaba el punto de penalti en dos o tres zancadas más. El árbitro se equivocó, sancionó con amarilla.

La decisión desató la ira de la grada (unas 300 personas) y también de Álvaro Pérez, que ya antes de este punto le estaba dando una mala tarde al línea. Pérez perdió los papeles, dominado por su mal carácter se encaró con el árbitro de la banda, y éste no dudó en chivarse al principal para que obrara en consecuencia. Expulsión. Lo que trajo más aspavientos, malas palabras e ira de Álvaro Pérez, que pretendió en

un primer momento quedarse en la banda, pero detrás de las mallas, algo que le permite un campo como el 54, pero no el reglamento que establece que debe quedarse en la caseta o irse a casa. La falta, la tiró Pepe Martínez a la escuadra, y hasta allí voló el portero del Conil para evitar que el marcador se abriera.

Tras el descanso, el partido siguió con el mismo tono. Atacaba el Atlético sin descanso, con insistencia, generando peligro. Jorge, ya con amarilla, tuvo de nuevo que corregir a la zaga en otra contra, esta vez se llevó por delante a Randy, que de nuevo se quedaba con franqueza más sólo que acompañado en el área rival. Era el minuto 11 de la segunda parte, y Jorge, vio la segunda amarilla y dejó al Conil con 10.

La expulsión del técnico local siguió entreteniendo los minutos que dejaba vació el juego sobre el campo. Pérez espero a que comenzara el encuentro para disimuladamente entrar al campo como un espectador más, se fue a la grada del lado contrario de los banquillos y allí se sentó a hacer su trabajo.

Insólita imagen la de Aitor en la banda calentando y disimuladamente hablando por el móvil, con Pérez, que le daba las instrucciones para saltar al campo.

Dos jugadores del Conil acabaron en el Hospital. A uno se le salió la clavícula, el otro a juzgar por los gritos y gestos de dolor, se le debieron romper los ligamentos o algo peor en la rodilla. Una vez más, la ausencia de Cruz Roja y la casuística puso en evidencia que el club, que tanto recrimina a la Federación, no es tampoco un virtuoso gestor. Cinco jornadas en casa después, sigue sin haber presencia sanitaria. Los lesionados fueron sacados del campo por sus compañeros sin camilla alguna. Y hubo que llamar a una ambulancia al 061. Mientras un directivo trasladó en su coche a otro de los jugadores lesionados.

Jugando con uno más, y recuperado el hilo del partido, sin más interrupciones, más expulsiones, más lesionados ni más cambios, el Atlético de Ceuta probó su fe, siguió insistiendo y metió una marcha más. Presionó mejor, robó antes la pelota y acosó al Conil.

El primer avisó llegó en el 27 de la segunda parte, Pepe Martínez recuperó un balón en el medio campo y acto seguido metió un pase en profundidad y al hueco a Ismael Maruja que se encontró gracias a la genialidad de su compañero en un mano a mano con el portero. Lo ganó Kiko que puso una mano milagrosa para terminar de ser el mejor de los suyos.

Si ese pase lo hubiera dado Xavi Hernández lo repetirían hasta odiarlo, pero como lo dio Pepe Martínez en el campo del 54 en Ceuta habrá

que conformarse con el recuerdo, la narración y las imágenes de las televisiones locales.

Tras el fallo de Maruja, la grada y el equipo se conjuraron para no decaer, para darse ánimos, para seguir intentando que el marcador acabara por recoger la superioridad que estaba mostrado el Atlético de Ceuta.

No fue hasta el 89. Antes la había vuelto a tener Maruja, se había trastabillado Randy y había faltado como siempre unos centímetros para el éxtasis. Pero por fin, a un minuto de cumplirse el tiempo reglamentario, el balón le llegó a Maruja entre el área y la banda izquierda del ataque local. Progreso hacia el centro, sacó el balón a la frontal, la movió el Atlético como si fuera balonmano, de uno a otro hasta ponerla en apenas unos segundos en la otra banda, sólo que el último pase, que Randy debía haber dado al extremo, lo dio al centro y adentro del área a Aitor. Controló regular, pero salió bien entre dos defensas, la pegó duro y encontró premio. Gol.

Caía el Conil con justicia después de una tremenda refriega. Con tantos incidentes el descuento se fue a los 6 minutos. Y a Jalid le dio tiempo a adornar el marcador en el 92. Después de que Ismael le metiera otro magnífico pase, lo encontró sólo en una contra en el segundo palo y Jalid no perdonó. 2-0 y final. A disfrutar una semana más del liderazgo.

El Atlético de Ceuta supera una prueba de fe


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