Había cierta expectación. Andonio Goikoetxea puede ser conocido, despertar simpatías y antipatías por su trayectoria, pero como cualquier otro entrenador de la categoría nadie iba a tener claro de qué va el nuevo hasta que no dibujara con nombres y apellidos su primera alineación. Lo apuntado en Melilla da para mucho.

El equipo venció. Los tres puntos, balsámicos, eran imprescindibles. Y es que los estados de ánimo en el fútbol también juegan, bien lo sabía el anterior técnico, Joao de Deus, tan dado a olvidar jugadores por cambios obligados con la intención de que el que jugara lo hiciera con confianza. Y estos tres puntos hacen sonreír al equipo de nuevo. Y lo hacen justo antes del parón navideño. Dejan al equipo en zona de liguilla de ascenso. Cuartos, igual que antes de Goiko, pero en zona de ascenso.

El nuevo míster introdujo muchos cambios. Empezó por la portería, recuperó a Fock, olvidado en el banquillo desde que se fue con su selección, a pesar de que había sido uno de los héroes de la copa, precisamente en el Álvarez Claro, a pesar de que sus intervenciones las contaba por inspiradas actuaciones, mientras Nauzet, acostumbraba a partidos de sol y sombra, con salvaciones y condenas por igual. Apostó por Pepe Martínez, que se tuvo que retirar lesionado. E introdujo a Villatoro, ante la imposibilidad de colocar a Seguro, sancionado y por David Torres junto a Javi Navarro desde el inicio.

Un equipo ofensivo, con menos circulación de balón en el medio campo y una apuesta más propia de la Segunda B, de juego directo y vertical, trantando de salvar el centro del campo en los menos toques posibles y no el ‘tiqui-taca’ por el que parecía apostar a veces Joao de Deus con escasos resultados.

Lo mejor, además de la sonrisa, referida por Goikoetxea en la sala de prensa, es que el equipo ha vuelto a ganar fuera después de tres partidos lamentables: Almería B, Estepona y Poli Ejido, sin contar Alcalá (se ganó, pero la imagen fue pésima). El equipo encontró de nuevo la senda de la victoria fuera de casa y lo hizó en un campo de los más complicados del grupo IV de la categoría, el del Melilla, un rival directo.

Y volvió además a sus orígenes, salió en la primera parte mucho menos metido que tras el descanso. La primera mitad futbolísticamente fue igualada, incluso ganó el Melilla a los puntos, pero en la segunda la papeleta cambio.

En los primeros 45 minutos, el juego no dio para mucho, ocasiones de segunda B, peligro sin serlo, más cerca del gol por el error ajeno que por el acierto propio. Sin nada destacable, sólo una del Melilla, un cabezazo de Chota a un centro desde la banda derecha que lo tiró fuera con Fock vencido, saltó antes de tiempo (la falta de confianza). Y un penalti en el 31 que lo fue, a Javi Navarro, y el árbitro lo pitó fuera del área. Poco más.

Tras el descanso en el 52, a los siete minutos, golazo de Sandro. El equipo recuperó la pelota, Guzmán, la echó a Villatoro, en el vértice izquierdo del área grande y éste metió la espuela para habilitar la llegada de Sandro que se quedó sólo en el punto de penalti y fusiló. Gol. Cero a uno. De los puntos al K.O.

A partir de ahí, el Melilla lo intentó por arriba, el Ceuta controló la situación. Y en una contra un brillante Guzmán, muy inspirado en las últimas jornadas, se llevó por habilidad y por velocidad a dos rivales. Uno se tropezó cuando le tenía agarrado por la camiseta, penalti claro. El propio Guzmán lo transformó de forma brillante, lo tiró a media altura, cerca de la escuadra.

Tres minutos después, Guzmán estuvo a punto de hacer la misma, pero esta vez el defensa a última hora metió el pie y despejó el balón. Por poco.

La segunda parte fue del Ceuta porque el Melilla, después del gol no tuvo ideas, no aportó nada y propuso menos. Poco más que contar y que decir de un partido en el que el Ceuta apuntó un cierto cambio de estilo que deberá refrendar en próximas jornadas. Con la victoria volvió la concentración, o fue al revés quizás. Cambio la imagen fuera de casa y se recuperó la sonrisa. Sólo queda refrendar la progresión, manteniendo el nivel que se venía mostrando en el Murube, ahí sí, mejor ni tocarlo.

La jornada deja la derrota del Cádiz ante el Roquetas, aún así los gaditanos dormirán terceros con un punto más que el Ceuta, que es cuarto. El Sevilla Atlético, con dos puntos más es nuevo líder, pero empatado a puntos con el Murcia que juega en la tarde de este domingo. La próxima será el dos de enero ante el San Roque en el Murube. Feliz Navidad.