“Manos arriba, esto es un contrato” o “No son ranas, es una trama” en alusión al Caso Canal de Isabel II y el PP de Madrid, han sido dos de los lemas más coreados en este Primero de Mayo en Ceuta. Una manifestación, secundada por alrededor de 300 personas,  que apuntó contra el empleo precario y la corrupción en su tradicional marcha desde la plaza de África hasta la plaza de los Reyes.

Una cita que en este 2017 ha tenido además un cierto toque festivo-reivindicativo, con la actuación del rapero-poeta Antonio García y la banda local La Ruina que le pusieron música y crítica a un Primero de Mayo con una nutrida presencia de jóvenes y una activa participación de miembros de Podemos. Tanto el rapero-poeta, activo militante del círculo de Podemos en Ceuta, como Julio Basurco, su coordinador, empuñaron los megáfonos dirigiendo al coro de la manifestación, aunque alguno de ellos no pasará a la historia de la lucha obrera como el “de Sur a Norte, de este a Oeste la lucha sigue cueste lo que cueste”, repetido también incansablemente. 

Una manifestación que reclamaba también su parte de la presunta recuperación económica, subrayaba el secretario general de UGT, Juan Carlos Pérez. Una recuperación que no alcanza a los ciudadanos. Una meta que sólo puede conseguirse a través de empleo estable, salarios dignos y la recuperación de los derechos laborales perdidos durante la crisis, reivindicó Péres.

Una marcha en la que el secretario general de CCOO, Juan Luis Aróstegui destacó la presencia de muchos jóvenes, más de los habituales, y el momento crucial en el que llega este 1 de Mayo, con un “pulso” decisivo entre los ciudadanos y las élites económicas con la complicidad de los Gobiernos. La manifestación, que este año se ha esforzado en dar un tono festivo a la cita, concluyó con la actuación del rapero-poeta, Antonio Gracía, y la banda local La Ruina, que actuaron para los asistentes que aguantaron hasta el final del manifiesto.

La asistencia, que rozó las 300 personas en su momento álgido, cumplió con las expectativas. Una protesta que es además una de muchas, advirtió Aróstegui, llamando a la “movilización sostenida” para recuperar la democracia y los derechos “arrebatados de forma injusta e ilegítima”.