Los autónomos enfrentarán a partir de este uno de enero un sistema nuevo de cotizaciones a la Seguridad Social. El Gobierno central ha reformado el mismo y aplicará por primera vez un pago de cotizaciones para estos trabajadores por cuenta propia que estará basado en los rendimientos netos que prevean obtener. En general las cuotas bajan a quienes menos ganaban y suben a quienes más ganaban, pero podían elegir hasta ahora en qué escala cotizar. Pero más allá de eso, la reforma es una bomba de relojería para Ceuta y también para Melilla. En ambas ciudades, la mayoría de los autónomos tenían bonificadas sus cuotas de la Seguridad Social en un 50 por ciento. Una sencilla frase en el artículo 36 de la Ley ha eliminado esa bonificación para la mayoría. Sólo seguirán bonificadas las cuotas para quienes están en el escalón más bajo y prevean rendimientos mensuales que están en el entorno del Salario Mínimo Interprofesional.

La Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE) lleva unos días calentando el asunto, a pesar de que la Ley se aprobó en verano y entrará en vigor en enero. Este lunes ha enviado un comunicado más bien explicativo de la situación en el que insiste en señalar la tragedia que se avecina.

En la explicación no se obvia la bondad de la norma:

“Este nuevo modelo, que se va a implantar de forma gradual en los próximos 9 años, va a permitir acercarse al sistema seguido en el pago de la Seguridad Social a los trabajadores por cuenta ajena. Aquellos que ingresen más, también deberán pagar más, y a la inversa. Del mismo modo supondrá un paso adelante en lo que respecta a la protección social de los autónomos, ya que el sistema actual está provocando que los autónomos accedan a una pensión en promedio un 60 por ciento inferior en comparación a la que perciben los trabajadores del régimen general”, recoge el comunicado de la CECE.

El problema real está más en la eliminación de la bonificación del 50 por ciento para todos aquellos que no se encuentren en el tramo uno de cotización, el que prevé rendimientos más bajos.

La CECE explica en qué se traduce esa eliminación: “En la práctica, esto implica que todos los autónomos que no cotizan por la base mínima perderían el derecho a la bonificación de su cuota completa. Para que sea comprensible, un trabajador autónomo en Ceuta, cuya cuota en 2023 fuese de 275 euros se podrá deducir una cantidad máxima idéntica a un trabajador autónomo cuya cuota sea de 580, 810 o 1.200 euros, sin distinción”.

Lo malo en la explicación de la patronal llega a la hora de suponer que estas nuevas cuotas hará que el autónomo local se “enfrente a incrementos de sus costes que pueden alcanzar entre un 25 y un 80 por ciento, dependiendo del tramo de cotización, respecto a la situación actual. Y ese sobrecoge se produce exclusivamente por la imposibilidad de aplicar unas bonificaciones que han sido eliminadas y a las que sí se habría tenido derecho hasta el momento. ¿Qué empresa puede afrontar un incremento de sus costes del 25 por ciento, 50 por ciento o hasta el 80 por ciento”. La parte por el todo, según la CECE.

Los sobre costes existen, sólo a medias, en realidad. Se incrementa uno de los costes que tienen los trabajadores autónomos en la realidad final. Pagarán más por la cotización la Seguridad Social, no por todo su negocio, salvo que ese sea el único coste que tengan. Y además, es obvio que las cuotas en general han bajado. De mantenerse las mismas en los mismos niveles la eliminación de la bonificación del 50 por ciento supondría el pago de un 100 por 100 más.

Pero yendo más allá, lo cierto es que una bonificación es precisamente eso, una bonificación. Hacienda pagaba la mitad de las cuotas de los Autónomos a la Seguridad Social y en los libros contables el autónomo recogía el pago total, lo que pagaba él y lo que pagaba Hacienda. Es decir, el coste en realidad no sube, baja. Pero al eliminarse la bonificación, el autónomo enfrentará una salida de caja más cuantiosa por este concepto.

Como sea, esta es la fórmula que ha usado este lunes, la Confederación de Empresarios de Ceuta para seguir manteniendo el asunto en la agenda y no relajarse. Sólo al final de su nota parece pedir que se actúe para revertir la situación:

“La Confederación de Empresarios de Ceuta considera que cualquier rectificación de la norma es susceptible de ser afrontada con la voluntad política adecuada y debe conducir a un sistema de bonificaciones que respete la singularidad económica y fiscal de nuestra ciudad, que no suponga una discriminación frente al régimen general, y que en ningún modo suponga un perjuicio ni un empeoramiento de los derechos que tradicionalmente han tenido nuestros autónomos”, recoge.

La pasada semana ya desde el PSOE de Ceuta salieron al paso y el propio secretario general mostró, tras realizar gestiones en ese sentido, su convencimiento en que el Gobierno rectificará la norma para arreglar la situación que enfrentan la mayoría de los autónomos locales.

También la Cámara de Comercio había salido ya al paso pidiendo que se paralizará la reforma.

Sea lo que sea, la solución es muy probable que aún tarde tiempo en llegar, que los autónomos locales acaben pagando más por lo menos los primeros meses de 2023 y que el asunto acabe copando más y más titulares en las próximas semanas.