Pues eso: ¿hasta qué punto garantiza el archiconocido cable eléctrico submarino el futuro energético de nuestra ciudad? Desde luego, no es una pregunta que le toque responder al ceutí de a pie, sino, más bien, a los expertos en la materia. Por fortuna, tenemos a varios entre nosotros (aunque temporalmente). La UNED ha traído este 26 de junio a suelo caballa a un amplio grupo de entendidos para disertar sobre esta y otras tantas cuestiones de similar naturaleza.

Bajo el título 'El futuro de la energía: economía, clima y geopolítica', la institución que desde hace apenas una semana rige Carlos Rontomé se ha metido de lleno en harina para tratar de predecir cual Nostradamus nuestro más inmediato porvenir en lo que a energía se refiere.

Los casi veinte ponentes llamados a aportar esta jornada su particular visión y su sapiencia a propósito del tema han coincidido en una cosa: el horizonte energético de Occidente está condicionado por tres elementos: la economía, el medioambiente y la dependencia.

Gonzalo Escribano, catedrático de Política Económica de la propia UNED y actual director del Programa de Energía y Clima del Real Instituto Elcano, tiene claro que nuestra dicha pasa por "la seguridad energética". "De esta forma, no tendríamos problemas como el que se ha presentado recientemente con Rusia", defendía el docente, para incidir: "Debemos ir hacia una transición energética competitiva, sostenible y segura, algo para lo que necesitamos la implicación de todos los sectores".

Vistos los prolegómenos, ¿en qué posición queda el referido cable submarino? Los conferenciantes ven en nuestra futurible adhesión al sistema eléctrico peninsular "una gran oportunidad". "Será algo muy importante tanto en términos económicos como ambientales y de seguridad", explicaba Escribano, que hacía extensiva esa misma "seguridad" a "la integridad de todo el Estado español".

Según el interviniente, "para el analista de energía, el caso de Ceuta resulta verdaderamente apasionante". "El Estrecho, Algeciras, Gibraltar, Marruecos... es una situación muy interesante desde el punto de vista geopolítico", insistía.

Misma tesis que su hoy colega de charla ha pregonado José María Marín, catedrático de Economía Aplicada (también de la UNED), para quien nuestra urbe presenta una tesitura energética "un tanto peculiar" dadas "sus condiciones geográficas". "Yo soy optimista; creo que el cable va a potenciar extraordinariamente las posibilidades y el bienestar de todos los consumidores desde el punto de vista energético e industrial", recalcaba.

En palabras de Marín, la circunstancia permitirá a nuestra salada Perla del Mediterráneo estar "mucho mejor" de cara a un futuro próximo. "El hecho de disponer del cable puede ser un primer paso magnífico a la espera de que surjan otras alternativas energéticas", destacaba el ponente, que zanjaba: "Ahora mismo, no hay lugar para interrogantes ni dilaciones".