Los trabajadores de la desaladora acordaron hace poco iniciar una huelga indefinida a partir de este mismo 23 de octubre a cuenta de la "inseguridad jurídica" en la que se encuentran quienes operan en la ampliación de la planta, aún sin ceder por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

El pasado jueves, la plantilla decidió posponer el parón tras las últimas novedades trasladadas por parte de la Delegación del Gobierno y la Consejería de Fomento, Medio Ambiente y Servicios Urbanos. Hoy, al parecer, la plana mayor de la Confederación se ha trasladado a la ciudad para reunirse con Alejandro Ramírez, reunión donde ambas partes han ultimado el convenio de cesión de la planta, lo que viene a significar que las peticiones de los asalariados podrían verse cumplidas más pronto que tarde.

Desde el organismo gubernamental que encabeza Rafael García, han comunicado a Comisiones Obreras que el encuentro ha sido "fructífero" y que esperan que el asunto pueda quedar completamente resuelto "en las próximas semanas".

Los empleados de la desaladora, "de manera responsable y para no mermar el importante servicio que se presta", han decidido, por tanto, dejar en suspensión su anunciada huelga. Pese a ello, permanecerán "expectantes y atentos a que el compromiso de resolver la cesión finalice positivamente".