El pasado 28 de septiembre, el Juzgado de lo Social nº 1 de nuestra ciudad dictó sentencia contra la Federación de Fútbol declarando nulo el despido de una trabajadora. El motivo: El ente federativo incurrió en "una vulneración del principio de indemnidad e igualdad como consecuencia de las reclamaciones planteadas por los salarios y la adaptación de la jornada laboral".

Al parecer, la mujer mostró en su momento -dice UGT- "su disconformidad con un acuerdo para la modificación del convenio colectivo que había negociado CCOO", convenio que era "mucho más gravoso para los trabajadores" que aquel que ya se estaba aplicando.

La empleada en cuestión llevaba desde el año 2005 desempeñándose para la territorial caballa. Fue hace ya algunos meses cuando, de golpe y porrazo, la plana mayor del organismo decidió prescindir de sus servicios alegando "deficiencias en la tramitación de su trabajo". La RFFCE, no en balde, nunca fue capaz de acreditar esas "deficiencias". A este respecto, UGT cree que el pretexto constituye una excusa con la que "encubrir las verdaderas razones del despido".

Hoy, 29 de noviembre, dos meses después de que la Justicia decretara la readmisión de la asalariada, esta última ha recuperado la condición de representante sindical de la que, consecuentemente, fue despojada al momento de abandonar su puesto.

Parece un asunto menor, pero no lo es: la fémina hubo de concurrir a las últimas elecciones sindicales bajo las siglas de CCOO, pero no por voluntad propia. "Fue cosa de la Federación", alegan los ugetistas. Sea como fuere, la mujer fue "la tercera candidata más votada".

Para la Unión, la circunstancia representa poco menos que una anomalía, pues la relación de la empleada con Comisiones es "nula", tanto que la mujer decidió poner su caso en manos de UGT y no en las de la entidad que comanda Emilio Postigo.