En la primera sesión, los ponentes hicieron hincapié en la necesidad de que el profesorado distinga entre aprendizajes imprescindibles y deseables, para evaluar, posteriormente, en función de esta clasificación. Los aprendizajes imprescindibles son aquéllos que necesita un individuo para desenvolverse a lo largo de la vida y responder a situaciones reales. Realizar una programación basada en las competencias básicas no sólo es una cuestión prescriptiva, sino un proceso colegiado de toma de decisiones según indican desde el CPR. La programación es por lo tanto un documento vivo y en constante revisión (dependiendo de la práctica diaria) que permite mejorar y ofrecer una enseñanza de más calidad.