COVID-19

Otro año sin Semana Santa, ni Carnaval, ni Ramadán…

Otro año sin Semana Santa, ni Carnaval, ni Ramadán…
Flagelación 2019-49
Archivo

El próximo 28 de marzo será Domingo de Ramos. Cualquier otro año, los hermanos de la Pollinica estarían ya listos para procesionar, en la víspera habría salido en traslado el Cristo de Medinaceli y quedarían por delante otros siete días de procesiones. Pero no fue así en 2020, no lo quiso la pandemia de coronavirus Covid-19 y, probablemente, no lo permitirá tampoco este 2021.

Este martes, el arzobispo de Sevilla decretaba la suspensión de cualquier culto externo, incluidas las procesiones de Semana Santa ante la persistencia de la pandemia. En su lugar, el Arzobispado recomienda que cada hermandad celebre ejercicios de piedad el día que debiera realizar su Estación de Penitencia. Un camino que a buen seguro seguirán todas las celebraciones de Semana Santa de España, incluida Ceuta —que antes de decretarse la pandemia ya suspendió los procesiones en este 2020, marcando el camino a las demás como ahora hace Sevilla—.

Aunque la  decisión en Ceuta no se ha anunciado aún, hace casi cuatro meses que está tomada: no habrá procesiones de Semana Santa ni actos de Cuaresma en Ceuta tampoco en 2021.

Desde Ceuta, el presidente del Consejo de Hermandades, Jesús Bollit, ha estado en contacto con el Consejo de Hermandades de Sevilla y pendiente de lo que iban decidiendo en Andalucía. Y, aunque la  decisión en Ceuta no se ha anunciado aún, hace casi cuatro meses que está tomada: no habrá procesiones de Semana Santa ni actos de Cuaresma en Ceuta tampoco en 2021.

Ya en septiembre, el Consejo de Hermandades de Ceuta, en su primera  y única reunión desde el inicio de la pandemia, decidió dar por perdidas la Cuaresma y la Semana Santa de este año entrante. Una decisión que, explica su presidente, Jesús Bollit, no quisieron anunciar entonces por ser muy prematuro. Lo harán oficial después de una nueva reunión, fijada para el 14 de enero, en la que ya harán pública la decisión, dolorosa, pero no difícil de tomar, matiza Bollit: “Ante la situación de pandemia la decisión es fácil, no podemos hacer nada”. Una decisión que no sorprende a nadie. El Consejo de Hermandades ya había anunciado la suspensión del tradicional concurso del cartel que representaría la Semana Mayor. El anuncio se hizo a principios de noviembre, en lo peor de la segunda ola de la pandemia. Quedaban poco más de cuatro meses y la evidencia era ya aplastante: no se van a dar las condiciones de seguridad sanitaria para sacar los pasos de Semana Santa y llenar las calles de fieles.

Eso en lo que a la Semana Santa se refiere. Del Carnaval ni hablamos. Previsto para dentro de poco más de un mes y medio, a mediados de febrero, el carnaval, el concurso de coros y chirigotas y la cabalgata se dan por perdidos por segundo año consecutivo, explican desde Festejos. Pero aun tienen esperanza de salvar algunas de las fiestas ya entrado en verano. 

La romería de San Antonio quizá, tal vez San Juan, igual parte de la Feria. “A partir de junio es otra cosa”, aventura Francisco de Luis Jiménez, ‘Chiqui’, funcionario del área y alma de las fiestas de la ciudad. Con la vacuna en el horizonte inmediato y la esperanza de que la evolución de la pandemia lo permita, en el Área de Festejos siguen trabajando, sacando adelante expedientes para tener todo listo por si las condiciones epidemiológicas lo permitieran.

Todavía hay esperanza de salvar algunas de las fiestas ya entrado en verano.  La romería de San Antonio quizá, tal vez San Juan, igual parte de la Feria. “A partir de junio es otra cosa”

Mucho antes, a mediados de abril, el mes sagrado del Ramadán aguarda en el calendario, con una perspectiva igual de poco halagüeña que la Semana Santa o el Carnaval. Solo tres meses que todo apunta no servirán para borrar al coronavirus del horizonte ylo que dificultará celebraciones asociadas, como el trazo colectivo (Musal-la) o el aumento de actividad nocturna. En una situación muy diferente, ya en pleno verano, está la Pascua del sacrificio, cuya suspensión en este 2020 desató una tormenta política en la ciudad autónoma. Prevista para el 20 de julio, la celebración de la Pascua del Sacrificio llegará tras seis meses de campaña de vacunación y a las puertas de lo que los expertos consideran la victoria definitiva sobre el coronavirus, garantizando, de nuevo, otro tenso debate sobre la conveniencia de permitir los sacrificios o, de nuevo, prohibirlos.

Fuera del calendario de fiestas y tradiciones, otros eventos cruzan los dedos, sin tomar aun una decisión. Ente ellos, uno de los más relevantes es la Cuna de la Legión, una prueba deportiva cívico-militar que reúne en Ceuta a mediados de marzo a miles de personas y que fue este pasado 2020 una de las primeras fechas en caer al coincidir con los primeros embates de la pandemia. Y todo apunta a que volverá a correr la misma suerte. Desde la Comandancia General de Ceuta (COMGECEU) no aclaran aun el futuro de la carrera. “Aún no se ha decidido nada”, postergan sin dar más detalles. 

Desde la Comandancia General de Ceuta (COMGECEU) no aclaran aun el futuro de la Cuna de la Legión. “Aún no se ha decidido nada”, postergan sin dar más detalles. 

2021 empieza como terminó 2020. Con la vacuna en el horizonte todo anima a hacer planes, pero la incertidumbre sigue siendo la norma que todo lo impregna. De momento, la vida seguirá condicionada por la pandemia, el riesgo de contagio seguirá aconsejando evitar las aglomeraciones, las mascarilla seguirá siendo nuestra compañera inseparable, al igual que la paciencia. Vayan haciéndose a la idea de que habrá que esperar a 2022 para volver a ver procesionar por las calles, escuchar chirigotas y fundirse con la multitud.

Otro año sin Semana Santa, ni Carnaval, ni Ramadán…


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