Quieren "más puestos de trabajo para las personas con discapacidad"; solo eso y nada más que eso. Dijeron que saldrían a la calle para reivindicarlo, que se unirían a una campaña diseñada a nivel nacional que llevaba (lleva) por nombre '#Extracapacitados'. Su objetivo era bien sencillo: dar a quienes padecen síndrome de Down "más oportunidades de empleo".

Daba igual que hiciera frío; daba igual que lloviera; daba igual que, tras dos semanas de clima primaveral, el parte meteorológico fuese el propio de un temporal: había que hacerlo; había que movilizarse. Así, bajo un cielo que no acompañaba en lo absoluto, la Asociación Síndrome de Down ha salido de su sede para gritar alto y claro que sus usuarios también tienen derecho a trabajar y a llevar una vida digna.

La organización se ha instalado este 21 de marzo vía stand en plena plaza de Los Reyes. Hasta allí, se han desplazado políticos de todos los colores, asesores, colaboradores, transeúntes y hasta un nutrido grupo de integrantes de ACEFEP. Porque sí: la inclusión laboral es cosa de todos (también de quienes nos gobiernan).

Asegura la entidad que, "en España, no existe una cifra exacta de personas con síndrome de Down". Para la cúpula de Down Ceuta, esa "falta de precisión" pone de relieve la "discriminación" a la que se enfrenta un colectivo al que atribuye "características diferentes", aduciendo que "el ocultamiento provoca que sus derechos, a menudo, se vean solapados por los de las personas con discapacidad en general".

María Luisa Villadén lo tiene claro: "Un trato justo implica un apoyo razonable acorde a las necesidades". Por algún extraño motivo, esto último no sucede en lo que toca a "las políticas laborales para las personas con síndrome de Down". A este respecto, Villadén considera que las autoridades han de articular "los medios que sean necesarios" en pro de que el derecho al trabajo sea "una realidad" para quienes sufren algún tipo de minusvalía.

A falta de datos oficiales, quienes están metidos de lleno en faena estiman que, "en nuestro país, hay unos 22.000 españoles con síndrome de Down en situación de extrema vida". De ellos, apenas hay trabajando "unos 4.000", lo que se traduce en que "solo un 5% de las personas con síndrome de Down en edad de trabajar lo están haciendo en la actualidad". "Es una realidad sangrante y una demostración palpable de lo lejos que estamos de una situación razonable de inclusión laboral", reprochaba Villadén, que cree que sus usuarios "son un grupo marginado".

Para más inri, "las personas con síndrome de Down tienen una vida laboral más corta". "Casi la mitad que el resto de trabajadores", apuntan desde la Asociación. A la vista de que quienes integran el colectivo "presentan síntomas de envejecimiento anticipado a partir de los 40 años", la entidad opina que "lo ideal" sería que estos mismos pudieran "ejercer una vida laboral óptima de 20 a 25 años".

La teoría está muy bien, claro, pero falta la parte práctica: preparación, prospección, capacitación, mediación, seguimiento... Elementos, todos ellos, que "no han sido formalmente reconocidos por las Administraciones para asegurar un funcionamiento estable". Lejos de ello, "la actual política de empleo -dicen- se ha centrado en los apoyos asistenciales". "Esto debe cambiar ya", sentenciaba Villadén.

En el seno de la organización ceutí, sostienen que "la empresa de nuestro país tiene grandes nichos de empleo posibles para los variados perfiles laborales en los que pueden trabajar eficientemente las personas con síndrome de Down". En cualquier caso, falta que los empleadores españoles se conciencien de que los usuarios "no solo trabajadores, sino, ante todo, trabajadores con necesidad de apoyos y ajustes razonables".

Por todo lo expuesto, la Asociación quiere "que los programas de inserción laboral se modifiquen y se adapten al ritmo real de la vida laboral y el envejecimiento"; también, que estos mismos "contemplen de una vez por todas las necesidades que tienen las personas con síndrome de Down". "Dejen de centrarse en las visiones regresivas, antiguas y asistenciales de la discapacidad intelectual; opten por la inclusión y la autonomía", reclamaba Villadén a la clase política.

En resumidas cuentas, la organización caballa anhela "un sistema de cotización y finalización de la etapa laboral acorde con las condiciones laborales que demandan las personas con síndrome de Down". "Las empresas deben reconocer la valía de la diversidad en su entorno", sintetizaba la presidenta de Down Ceuta.