Para la historia quedará que en una mañana soleada de otoño un importante número de personas importantes se desplazaron hasta el final de la calle Real para descorrer una cortina que ocultaba una placa con el nombre de Juan Carlos García Bernardo. La placa llama desde hoy a una calle de apenas 20 metros. Mucho más miden los elogios lanzados por el presidente de Ceuta, Juan Vivas, a la figura del que fuera su viceconsejero de Festejos durante tantos años, hasta su desaparición.

“Yo creo que es un reconocimiento justo, lo es para toda la vida. El pueblo de Ceuta ha querido dejar testimonio con su nombre a esta calle de que Carlos ha sido un ejemplo. Carlos ha sido una persona que tiene que seguir siendo ejemplo de comportamiento. Que es el de ese tipo de personas que llegan al ayuntamiento aportando lo mejor de sí mismo. Ese tipo de personas que trasladan a la vida política el hecho tan fundamental, decisivo e importante de ser una buena persona. Era una persona sencilla, humilde, generosa. Ese tipo de personas que nunca van pegando codazos para ponerse los primeros. Un hombre honrado. Por eso creo que Carlos merece este reconocimiento”, ha elogiado Juan Vivas.

Las palabras de Vivas, satisfecho de cumplir con el mandato unánime de la Asamblea, sonaron a algunos como mensaje en tiempos en los que la oposición no para de poner en cuestión, precisamente la honradez de muchos de los miembros de su Gobierno. Alguno de los cuestionados, como el ex consejero de Gobernación, José Antonio Rodríguez, no faltó a la cita del que fuera su compañero durante años en el equipo del Ejecutivo de Juan Vivas. También estaba su sucesor al frente de la policía local y los bomberos, Carlos Coronado, el consejero de Economía, Empleo y Turismo, Guillermo Martínez, la consejera de Educación, Cultura y Mujer, Mábel Deu, familiares y muchos amigos, quizás más que en otras calles recientemente nombradas, porque como también señaló el presidente, Juan Carlos García Bernardo era “fiel a sus amigos” y los contaba por decenas.

La viuda: “lo principal es que era muy Caballa”

La viuda, no pudo evitar la emoción, y se deshizo en lágrimas nada más ver el rótulo con el nombre de su marido.

“Yo como mujer echo de menos a mi marido, a la gran persona. Cada día más orgullosa. La pena tan grande que tengo el orgullo me la atenúa un poquito, porque me siento muy orgullosa de todos estos reconocimientos que le están haciendo. Desde luego le tengo que dar las gracias al presidente y a Mabel que le dieron ese sitio que él necesitaba para poder caminar y hacer sus ideales; poder proyectar todos los ideales que él tenía de esta ciudad, que tanto quería, porque Carlos era muy caballa, en todos los ámbitos que estaba metido era muy caballa, que era lo principal”, ha manifestado la viuda, Purificación Morales, a punto de volver a llorar por la emoción y el recuerdo.