El cambista sin rostro
Cambista plaza Rafael Gibert.
Said Elmaftouih sentado de espalda en su ubicación habitual.

Said Elmaftouih llegó a Ceuta hace seis años desde Alhucemas, su localidad natal, buscando "una vida mejor" y cada día se sienta en una isleta junto a la plaza Rafael Gibert a ofrecer cambio de divisa, negocio del que viven él, su esposa y sus tres hijos


Al paseante que pasa por las proximidades de la plaza Rafael Gibert, a pocos metros de las céntricas dependencias de la Policía Nacional, le sorprende la presencia de dos sillas que ocupan sendas posaderas de dos hombres que charlan justo en medio de una isleta que divide los carriles del tráfico. Uno de ellos lleva gafas de sol, gorra y una braga para taparse el cuello. Intenta pasar esapercibido, su nombre, Said Elmaftouih, su oficio, el cambio de divisa.

El hombre, que ronda los cincuenta, según explica en un castellano justito, vino de Alhucemas, su localidad natal, hace unos "seis años". Allí trabajaba "en el registro civil del Ayuntamiento", pero las cosas no marchaban en el país vecino tan bien como le hubiera gustado. Vinieron antes que el a Ceuta su mujer y sus tres hijos, para después llegar él con "reunificación familiar".

Reside en el Recinto y de sus ganancias viven todos en casa, por lo que cada día agarra una banqueta y se la lleva al mismo sitio, la isleta de al lado de la plaza Rafael Gibert, muy cerca del Mercado Central. Un espacio con unas privilegiadas vistas del litoral en el que pasa el día conversando "del fútbol y la vida" con otros compañeros de gremio habituales del mismo espacio.

Las ganancias, dice señalando a su riñonera, las obtiene "con el cambio de dirhams y euros". Un negocio antaño más próspero que se sitúa al filo de la legalidad. "Antes de la pandemia las cosas iban bien, pero ahora hay muchos negocios cerrados y los precios han subido", lamenta el hombre.

Cuando llega el mediodía vuelve a casa y tiene la comida, preparada por su esposa, en el plato. Sus hijos, dos de ellos gemelos, regresan del colegio y el más mayor del IES Abyla: "Me gustaría que se formara y le fuera bien", explica sobre él, a la par que dice riendo que los otros "piden mucho".

Aunque parece no irle mal, reconoce echar de menos Alhucemas, su localidad natal, donde tomaba té con los amigos en alguna terraza por las tardes. Allí quedaron sus raíces y las de muchos de sus cercanos, que "han ido yéndose a Francia y Bélgica" dejando aquello vacío.

Cuando le piden una foto, Elmaftouih lo rechaza. "De lejos y de espaldas". Es el cambista sin rostro.

El cambista sin rostro


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