TRADICIÓN

Miles de ceutíes celebran en el monte la Mochila: “Lo de la Halloween para los americanos”

Miles de ceutíes celebran en el monte la Mochila: “Lo de la Halloween para los americanos”
Cientos de ceutíes han acudido este miércoles, 1 de noviembre y Día de Todos los Santos a celebrar una de las tradiciones más peculiares de la ciudad, La Mochila. El camposanto de Santa Catalina también ha sido otro de los lugares de mucha concurrencia durante todo el día.
Otros cientos han pasado por el cementerio de Santa Catalina para adecentar las tumbas de sus seres queridos. Todo bajo un clima soleado y templado y sin incidentes

En una de esas distopías que tanto gustan a los guionistas de las plataformas de streaming, tal vez algún día los típicos niños del típico estado de la América profunda toquen en la puerta de la típica casa con porche de esos lares disfrazados de vampiros, zombies, fantasmas y otras criaturas típicas de la noche de Halloween para gritar el mitológico “truco o trato” y como respuesta en lugar de unas chuches reciban un puñado de nueces, avellanas o almendras. Pero en el mundo acelerado de hoy, la globalización y la costumbre ancestral mezcladas en la coctelera suprema de culturas que es Ceuta ya ha hecho realidad la ficción distópica. Y en la víspera de este Día de Difuntos algunos vecinos salaos entregaron precisamente eso a los niños -no se sabe bien si impostados o importados- que demandaban azúcar al grito de truco o trato.

Y de la noche al día sucedió el sol y el cielo despejado y cientos de ceutíes se lanzaron al monte, preferentemente a García Aldave, también a las playas y algunos hasta al Parque Urbano Juan Carlos I, para compartir con amigos y familiares el rito y la tradición única ceutí de La Mochila. “Lo de Halloween para los americanos”, se repetía como mantra en algunos grupos de adultos que no habían dejado pasar la ocasión para plantarse en el campo y de paso llevarse consigo a las futuras generaciones a quienes corresponderá mantener encendida esa vela.

A mediodía las autoridades calculaban unas 400 personas ya en el monte y preveían que la afluencia siguiera creciendo. Al finalizar el día el balance se elevó a más de 3.000 personas y más de 250 casetas instaladas en el área de García Aldave, según el Gobierno de la Ciudad en su balance oficial.

La cantera estaba presente y abundaban en las praderas y merenderos grupos de generaciones etiquetadas con las últimas letras del abecedario e incluso algunas por etiquetar. Aunque eso sí, ahí también hay notables diferencias y de la tradicional empanada o tortilla de patata, se ha pasado -que alguien intente explicar cómo- a la llamada, tal vez simple formulario de aplicación de teléfono, al tele lo que sea que envía de momento con una moto la comida también al monte en un día como hoy. “Sí, sí, a domicilio. Llamas y te lo traen donde sea”, explica Nihad entre las risas de sus tímidas amigas borradas del plano en cuanto se le da al botón de grabar.

“Esto es único de Ceuta, si no lo cuidamos nosotros…”, alega el patriarca de los García sin perder de vista al rebaño de nietos y sobrinos que miran la escena del bicho raro del periodista entrevistando al yayo mientras mantienen un rítmico e incansable movimiento de la boca al plato con los frutos secos sobre la mesa anclada en medio del campo.

Para la ocasión se han esmerado en las últimas semanas en la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, según ha explicado su máximo responsable, Alejandro Ramírez. Así además de desbrozar y limpiar han renovado el mobiliario campestre para procurar el mayor confort posible a los mochileros.

Y la labor no ha acabado ahí. Este uno de noviembre han procedido a repartir bolsas a los camperos para que a la hora de recoger no tengan excusa para su incivismo y dejen el monte como se lo encontraron. Algo que ante la cámara asumen la mayoría como necesario y prometen limpieza como en un anuncio con mayordomo calvo. Habrá que ver mañana.

“Los niños hacen lo que ven, si nos ven a nosotros recogiendo eso también se lo llevan ya aprendido”, sentencia García.

Ver y aprender, tradición y limpieza como filosofía y reivindicar al máximo una tradición como pocas en Ceuta.

Por su parte la Consejería de Gobernación ha movilizado este día a todos sus efectivos y lo ha hecho en coordinación a su vez con Guardia Civil y Policía Nacional para garantizar la fiesta en paz. Allá en el mirador de Isabel II el habitual puesto de mando avanzado contaba con presencia de todos los servicios, Policía Local, Bomberos, Parque Móvil, Cruz Roja, Protección Civil y lo que fuera menester para atender sobre la marcha cualquier situación de emergencia que pudiera surgir durante el día. La noche fue sin incidencias, ni fantasmales ni reales.

En el cementerio de Santa Catalina no menos ceutíes pasaban para adecentar las moradas de sus seres queridos en el más allá. A la entrada el habitual mercado ocasional de flores. Con precios menos desmadrados que en otras ocasiones: 20 claveles rojos a 8 euros. O un ramo de margaritas a 5 rezaban algunos carteles. “La cosa está muy bien”, proclamaba uno de los floristas que constataba que “están viniendo en masa”.

Dentro de los muros, todos los servicios prestos para la ocasión, escaleras por doquier y fuentes a punto, limpieza en las calles y cubos y papeleras a cada paso dispuestos para la ocasión.

Un año más, la tradición pervive a prueba de importación y de globalización. La Mochila, esta vez, tampoco se la comió nadie, ni el gallo, ni la gallina, ni las águilas de la globalización. Sólo las barrigas de quienes han podido disfrutar de un espectacular día de campo.

Miles de ceutíes celebran en el monte la Mochila: “Lo de la Halloween para los americanos”


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad