España cerró hace escasamente una semana un julio para el olvido en lo tocante a violencia de género. Según datos oficiales, once mujeres perdieron la vida a manos de sus parejas o exparejas a lo largo del último mes de los Sanfermines, circunstancia que hace de este el período más cruento de la última década y media (se dice pronto).

Apenas diez días después de que agosto comenzara a cubrir nuestros almanaques, el monto de féminas asesinadas asciende ya a tres. Lo más preocupante de todo es que, lejos de estar espaciados en el tiempo, todos los crímenes se han producido en un lapso de tan solo veinticuatro horas.

La víctima más joven se llamaba Zouhr. Vivía en Almería y tenía tres hijos a su cargo. Esta fue brutalmente asesinada con un cuchillo por parte de su marido en presencia de los pequeños. La Junta de Andalucía no tenía constancia alguna de que existiesen denuncias previas.

La segunda fallecida, de 31 años, era natural de Pozoblanco. Su cónyuge le disparó hasta matarla con un arma de fuego antes de suicidarse y dejar huérfanos a tres menores. Cabe destacar que, en este caso, la pareja estaba incluida en el denominado 'Sistema de Seguimiento Integral de los Casos de Violencia de Género'.

La tercera y última mujer asesinada tenía 91 años. Fue su esposo de 92 quien, presumiblemente, acabó ayer mismo con su vida. Los signos de violencia que presentaba el cadáver así parecen confirmarlo.

Como siempre que se producen episodios de similar naturaleza en cualquier rincón de nuestro país, la Delegación del Gobierno ha tenido a bien este miércoles guardar un minuto de silencio en memoria de las difuntas.

Un total de nueve funcionarios adscritos al organismo que encabeza Rafael García han escenificado por trigésimo sexta vez en lo que va de 2023 su más absoluta repulsa hacia esta verdadera lacra social. Lo han hecho, de nuevo, con una silenciosa concentración a la altura del número 4 de la calle Beatriz de Silva, a las puertas de la propia institución, que ha permanecido en la más absoluta quietud durante sesenta largos segundos en un gesto de deferencia hacia las familias.