La ocasión lo merecía: la Guardia Civil ha sacado este 11 de octubre a relucir sus mejores galas para celebrar canónicamente a su Virgen del Pilar. El patio interior de la sede de la Comandancia ha vuelto a hacer las veces de escenario de un acto en el que las novedades con respecto a años anteriores han brillado por su ausencia. Paradójicamente, la escasez de variaciones ha sido, a la vez, lo más reseñable del evento por la propia significancia de las mismas. Una de ellas ha sido la presencia del actual director general de la Benemérita, Leonardo Marcos, quien se ha dejado caer por la ciudad en lo que muchos han interpretado como un gesto de deferencia hacia los más de 600 gendarmes que el Cuerpo mantiene desplegados en suelo caballa.
Como marca la tradición, en la cita, han tomado parte destacadas autoridades tanto del bando civil como del gremio militar. Aquí ha sido, de hecho, donde se ha producido la segunda gran novedad: Juan Vivas se ha ausentado de la ceremonia. Por motivos que se desconocen, el jefe del Ejecutivo ha delegado sus funciones en Alejandro Ramírez; el segundo de a bordo del Gobierno local se ha visto obligado a enfundarse el mono de 'presidente accidental' en representación de la Ciudad. Del lado de la Administración General del Estado, esa misma representación ha recaído sobre Rafael García.
La secuencia de actos la abría la recepción de los invitados. El último en llegar era el propio Marcos, quien, luego de una breve ronda de saludos, se subía a lo alto de la tribuna de honores que lo acreditaba como máximo jerarca del rito hoy celebrado; todo ello, con el rugir del Himno Nacional como telón de fondo. Acto seguido, el director general de la Benemérita iniciaba un obligado paseo para pasar revista a los agentes que permanecían estoicamente formados en la zona.
El cortejo castrense daba paso a la preceptiva entrega de condecoraciones. La ronda la iniciaba el capitán Jesús Recio Cano, quien recibía de manos de Marcos la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. Inmediatamente después, seis agentes del Cuerpo obtenían sendas cruces de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco, quedando conformada la parrilla de agraciados tal y como sigue: Mohamed Laarbi Elsain Hicho, Irene Vivas Martínez, Juan Carlos Martín Conejo, José Vicente Botella Calvo, Gustavo Javier Benedicto Guerrero y Fernando Manuel García Álvaro.
Entre, los más de veinte funcionarios propuestos para ser galardonados, se encontraba el jefe de la Comandancia, el coronel Gabriel Domínguez, quien ha visto reconocida su dilatada trayectoria dentro del instituto armado por medio de una Cruz de Plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. En su discurso -el último antes de pasar a la reserva-, Domínguez decía tener un "sabor agridulce" por lo que supondrá para él su más que inminente jubilación. "Me voy con el sentimiento del deber cumplido", revelaba.
El siguiente en hacerse con la palabra era el mismo Marcos. Casi en el cénit de su dilatada intervención, el máximo responsable del instituto armado se confesaba partidario de "seguir manteniendo y reforzando los lazos de amistad con Marruecos". "Tenemos que continuar trabajando conjuntamente con ellos", defendía. En otro orden de asuntos, el gestor ha querido destacar "la extraordinaria profesionalidad, la cercanía y la exquisita neutralidad política con la que los guardias civiles desempeñan su trabajo"; también, su "orgullo de pertenencia a la institución".
Finalizados los alegatos, el evento llegaba a su fin luego de efectuar el correspondiente homenaje a todos los agentes muertos en acto de servicio a lo largo de los muchos años de convulsa historia de la Guardia Civil. Tras depositar dos agentes la clásica corona de flores a los pies del monumento a los caídos, los funcionarios formados lanzaban al aire una sonora salva que servía para poner el broche al acontecimiento. Finalizaba, así, la gala institucional por el Día de la Virgen del Pilar de 2023.