Esta vez sin intermediarios, la vecindad de Juan XXIII ha alzado su voz a través de un escrito remitido a los medios, cuya integridad puede leer en este enlace, en el que carga de forma dura contra el Gobierno de la Ciudad y la empresa (medio propio) Tragsa por la obra, o mejor dicho no obra, de la 'cubierta para pista deportiva y local social'. Ese fue el proyecto que se aprobó en 2018 y que debería haber estado listo 7 meses después. La situación actual es un terreno vacío en el que lo único que se ha levantado es el hartazgo del barrio.

En noviembre de 2018 se iniciaron los trabajos, conforme al proyecto adjudicado, o más bien encargado a Tragsa, esos trabajos deberían haber estado listos para el verano del año siguiente, 2019. Pero no hay nada de nada. Entonces, tal y como relatan los vecinos en su carta, demolieron lo existente, la pista deportiva y el local social para levantar unas nuevas instalaciones. Pero en mayo de 2019, cuando sólo se había procedido a destruir y no a construir nada, las obras quedaron totalmente paralizadas, “desconociéndose los motivos”, aduce la Asociación de Vecinos en su escrito.

Desconocen los motivos a pesar de que han intentado averiguarlo: “Desde entonces andamos en peregrinar de responsable en responsable para que de una vez se inicien de nuevo las obras, pero no hay manera de que nadie asuma el escándalo que supone nuestra situación”, recogen en su carta.

Enfatizan lo de escándalo y lo explican en el “hecho de que se nos haya derribado el local social y se haya removido la tierra de la zona deportiva para luego no hacer absolutamente nada”, tan sólo, apuntan, “un montón de tierra removida”.

Recuerdan que el proyecto está aprobado, encomendado a Tragsa y con presupuesto para ejecutarlo por lo que deducen que a “la empresa pública Tragsa, la encargada de la obra, le importa bien poco el bienestar de nuestra barriada” para tildar su situación de “absoluto abandono”.

Pero en Juan XXIII tienen claro que tan responsable es Tragsa, como quien la contrata. “Señores del Gobierno de Ceuta; aunque la empresa adjudicataria sea Tragsa, la institución titular de la autoridad para que se ejecute la obra la tienen ustedes”, y mandan otro recado más a la empresa pública: “no asuman obras que no puedan o no quieran ejecutar. Los vecinos de Juan XXIII les agradeceríamos mucho a ambas partes contratantes que pensaran, aunque solo sea un momento, el enorme perjuicio que la desidia de ambos nos causa, no sólo a nosotros sino también al prestigio de lo público”.

“¿Creen ustedes que van a servir de algo los cacareados planes de futuro para la ciudad si ni siquiera son capaces de conservar lo que tienen, si son inoperantes a la hora de resolver los problemas reales de una simple barriada? Dejen de vendernos humo y terminen de una vez nuestra obra”, señalan los vecinos en alusión a que la empresa pública es también la responsable a través de su filial Tragsatec de elaborar el Plan Estratégico para Ceuta que ha de marcar un punto de inflexión en el desarrollo de la ciudad.

El recado que envían desde Juan XXIII es singular después de muchos años en los que prácticamente ningún barrio y menos aún asociación vecinal se ha atrevido a alzar la voz con semejante contundencia contra las políticas de dotaciones del Gobierno, a excepción del Príncipe. Y supone además un paso al frente de los vecinos que hasta ahora, habían venido reivindicando mejoras a través de los partidos políticos que se hacían eco en la Asamblea de sus peticiones, con especial insistencia en el caso de Juan XXIII del PSOE de Juan Gutiérrez, ahora la reclamación llega por la vía contundente y con voz propia.