Siempre se escucha una voz entre el gentío de cualquier procesión que cuestiona si somos muchos o pocos, que compara con el recuerdo improbable de otros años. La Venerable Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Cautivo y Rescatado y Nuestra Señora de los Dolores, el Medinaceli, ha probado tanto el sábado con el traslado desde el Príncipe como este lunes en su Estación de Penitencia, que la Semana Santa no pierde fuerza en la calle. Cientos de devotos se han agolpado para ver su salida de la Casa de Hermandad en la avenida de España.

Y probablemente a diferencia de lo que sucede con otras imágenes han sido muchos los que no han dudado en ponerse tras el paso para procesionar tras el Señor de Ceuta durante todo su recorrido.

En la salida se respiraba la tensión propia de quienes tienen por delante una faena que afinar no exenta de riesgos. Pero también la emoción propia de toda la Semana Santa, la concentración y la pasión por los detalles.

Así, a la primera que han pedido agua los costaleros se ha podido escuchar al capataz dar orden firme y recordarla poco después a los de dentro de no levantar los faldones para no afear la puesta en escena de las imágenes en la calle.

El clima no ha puesto en duda en ningún momento que la hermandad podría completar su Estación de Penitencia con normalidad, como así va camino de ser, cuando sobre la media noche se recoja de nuevo en su Casa de Hermandad.

Y la procesión ha sido la mejor antesala del plato fuerte de la Semana Santa de Ceuta, que llegará este martes con el Encuentro.