Sigue el goteo de migrantes vía marítima. Después de los 15 llegados el lunes, este martes han arribado a la costa ceutí otros 11 migrantes más, para un total de 26 en el puente, y eso a pesar de la dureza de la intervención marroquí en los campamentos y cuevas de Castillejos, en los que perdieron la vida dos personas la pasada semana.

Cruz Roja se ha desplazado sobre las 11.15 horas de este martes hasta el Monte Hacho y a la comisaría de la Policía Nacional del Paseo de Colón para atender al grupo de recién llegados, entre los que había dos mujeres.

Por fortuna ninguno de los migrantes, llegados en patera, necesitó ser trasladado al hospital y su estado de salud era bueno con la excepción de un cuadro de hipotermia que se resolvió en el lugar de la primera atención. Otra hipotermia más, también resuelta sin mayor complicación y una contusión en una pierna que también fue atendida in situ sin mayor complicación por los voluntarios de Cruz Roja.

Cruz Roja entregó ropa, mantas, alimentos y bebidas a los migrantes, así como un kit higiénico. Por nacionalidades los llegados son de Mali, Guinea Conakry, Liberia y Sudán.

Círculo de Silencio

Este miércoles, La Mesa de Atención y Acogida al Refugiado, de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, (compuesta por el Secretariado de Migraciones, Cáritas Diocesana, Confer, Fundación Centro Tierra de Todos, Cardijn y Justicia y Paz), ha convocado un círculo de silencio en apoyo a los migrantes y refugiados a las 19.30 horas en la plaza de la Constitución.

La iniciativa se va a repetir todos los segundos miércoles de cada mes y se hará de forma simultánea en todas las ciudades que forman parte de la orilla del Estrecho: Cádiz, Tarifa, Tetuán, Tánger y Nador, lugares en los que el círculo de apoyo se viene realizando desde el pasado mes de octubre.

Los organizadores han invitado a participar a todas las personas de “buena voluntad” sean cuales sean sus culturas y creencias con el fin de que en ese espacio todos puedan sentirse cómodos.

El Círculo de Silencio es una acción pacífica, que se realiza en un lugar público, habitualmente un día fijo al mes, en solidaridad con los migrantes y refugiados, y que apela a la conciencia de todos para que se busque una respuesta de justicia y de dignidad a las situaciones que viven estas personas.