
Un acto sencillo, sin declaraciones, sin grandes dispendios: así ha sido -como cada año- el homenaje que las autoridades han oficiado este 5 de septiembre en torno a la figura del que fuera el último alcalde de Ceuta de la era republicana. Antonio López Sánchez-Prado ha vuelto a copar los respetos de varias decenas de conciudadanos en el que ha sido el octogésimo séptimo aniversario de su fusilamiento, acaecido sobre las nueve de la mañana de un día como el de hoy en aquel lejano 1936.

La siempre serena estatua del decano edil ajusticiado a manos del bando sublevado ha sido, de nuevo, el punto de encuentro de todos cuantos han tenido a bien acudir a la ceremonia en señal de un duelo que, por su significancia, se presta casi a obligatoriedad.
Como siempre, los encargados de encabezar la función han sido el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, el jefe de la Comandancia General, Marcos Llago, y el delegado del Gobierno, Rafael García, quien se ha estrenado este mismo martes veraniego en un culto al que, hasta hoy mismo, había permanecido totalmente ajeno.

A diferencia de lo ocurrido el pasado curso, Ceuta Ya! ha optado esta vez por hacer acto de presencia; no a través de su líder, Mohamed Mustafa, sino por medio de su segunda al mando, Julia Ferreras. Del lado socialista, la unanimidad ha sido absoluta: Juan Gutiérrez ha tomado parte en la cita al amparo de su renovado grupo parlamentario, con el que ha protagonizado un posado grupal poco después de la conclusión del evento. VOX, por su parte, ha vuelto a ausentarse (ya saben, la república y esas cosas).

Cabe recordar que la decisión de rendir tributo al regidor más querido de nuestra urbe -con permiso del propio Vivas- emanó de la Asamblea allá por 2016. Entonces, la sede del poder legislativo caballa acordó honrar a Sánchez-Prado cada quinto día de septiembre mediante "un acto alejado de partidismos", uno que sirviera para "unir a ciudadanos, fuerzas políticas, sindicales y sociales en torno a una de las figuras que mejor representa los valores de la libertad y la democracia en la historia de Ceuta".
Antes de llevar a cabo la acostumbrada ofrenda floral, un binomio de clarinetistas ha deleitado con una armónica melodía a todos los asistentes (paseantes incluidos). Al término del recital, Vivas, Llago y García han depositado cuidadosamente a los pies de la escultura hasta tres vistosos ramos de flores.

Entregados los obsequios, los acordes de clarinete volvían a resonar en la zona. Finalizaba, así, al ritmo de la música, el que ha sido el octavo homenaje 'reglado' a Sánchez-Prado, no sin antes premiar a los músicos con sendas medallas en agradecimiento a su altruista y desinteresada labor.

