Los vecinos del edificio de colores fían al patológico un breve regreso a sus hogares

Los vecinos del edificio de colores fían al patológico un breve regreso a sus hogares
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Estado del edificio de colores tras el incendio del pasado julio
La policía científica ha finalizado sus labores de campo y da los últimos trazos al informe que dilucidará el foco del incendio. Por su parte, el estudio patológico encargado por la comunidad se demorará dos semanas más

La policía científica ha finalizado su trabajo de campo en el edificio de Colores. Después de 20 días, desde que data en el informe técnico su primer acceso, se encuentra inmersa ahora en la elaboración de su propio informe que dilucidará el origen del incendio que ha sido tildado como el de mayor calado urbanístico en la historia de Ceuta. Aunque algunos de los implicados, sin adelantarse a que los expertos hagan públicas sus conclusiones, apuntan escuetamente a que “suele deberse a alguna imprudencia”.

También han concluido su faena los peritos e investigadores de las aseguradoras, con su última visita al lugar, a la espera de que, por una parte se desescombre el origen del suceso y, por otra, y más importante para la comunidad, concluya el estudio patológico encargado por los vecinos que se demorará 15 días más, según han comunicado a este medio.

El citado estudio apuntó- de forma inicial tal y como recoge el informe técnico al que ha tenido acceso Ceutaldia- que en la primera inspección realizada con ensayos de ultrasonidos y pruebas a los pilares de la planta baja y la entreplanta, los soportes no habían perdido capacidad, “siendo la masa de hormigón homogénea en todo su espesor,  no apreciándose cambios en el acero,  y permaneciendo la adherencia entre hormigón y acero”. Es decir, que la estructura del edificio no está afectada. No corre la misma suerte la red de doble cerramiento de seguridad, sobre todo, en la zona más afectada por el humo, que deberá sustituirse. Así lo refleja el citado informe, al igual que hace referencia a la demolición del forjado de la primera planta.

Por su parte, las instalaciones (eléctricas, de saneamiento, telefonía, agua potable, etc) se encuentran “altamente afectadas, dadas las las elevadas temperaturas han producido que muchos elementos se hayan fundido”. Sin embargo, será el patológico definitivo el que refleje el proceder. No solo en las instalaciones, sino en todo el edificio.

El patológico, más allá del “morbo” por conocer el origen, es la caja que los vecinos esperan abrir con premura. Es la clave, o al menos una botella de oxígeno que esclarecerá el estado real del edificio, las zonas más afectadas o el cómo proceder. “Una vez conozcamos esa información se establecerá las fases, los vecinos tendrán algo más de luz sobre cuándo podrán regresar a sus viviendas, y qué acciones hay que desempeñar”, explican los implicados.

El primer paso será el encargo de un proyecto, la petición de una licencia de obras, y la contratación de las empresas que los ejecuten. Todo ello sufragado por los vecinos, aunque en teoría cubierto por la aseguradora. “Se trata de riesgo cubierto en la póliza del seguro”, apuntan.

“Hablar ahora de fechas es ir a ciegas sin conocer el patológico”, comentan. Un calendario en el que también se va a señalar un nuevo acceso al edificio, que se gestionará nuevamente con la Ciudad, para que los vecinos puedan seguir recogiendo sus enseres y pertenencias.

Otras opciones que ya se barajan, en función de lo que vierta el citado estudio, es que muchos vecinos podrán regresar antes a sus viviendas si no son de las más afectadas. Las hipótesis con las que hasta ahora se trabaja es dividir el edificio por módulos. Así, aunque el edificio esté inmerso en los trabajos de obras, algunos de los propietarios podrán volver a ocupar sus viviendas.  No obstante, hasta final de este mes, todo son teorías sin ninguna base sólida.

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