12 segundos es lo que ha durado la alegría. Son los que han pasado desde que las Reinas de las Fiestas, el alcalde, el delegado del Gobierno y el Comandante General de Ceuta han puesto sus manos sobre el botón preparado al efecto para alumbrar la Feria, justo delante de la portada. Le han dado unos 3 minutos antes de la hora prevista que eran las 22 horas. Se han hecho los aplausos y la etérea alegría ha inundado la plaza de entrada a la Feria, pero a los 12 segundos, todo se ha vuelto a poner a oscuras, a lo que la plebe ha reaccionado con un sonoro ¡oooooh!

Al principio parecía que volvería a los pocos segundos y que todo era un mal sueño, pero a medida que los minutos transcurrían y la cosa se iba alargando los gestos se han vuelto compungidos en las autoridades.

A los teléfonos iban llegando imágenes tomadas desde todos los ángulos. El alumbrado público sí funcionaba, así que al menos la multitud que a esa hora ya atestaba el Real estaba en las afueras de las casetas con la luz de una noche normal en la Marina.

Las atracciones se han tenido que cruzar de brazos, todas menos El Ratón Vacilón, que se ve que ha sido previsor y o se ha enganchado directamente al alumbrado público o tenía algo que le hacía seguir funcionando.

A la media hora se sabía ya que lo que había pasado era que un transformador, el de la Marina, el mismo que ya salió ardiendo en otro oscuro alumbrado de Feria, había saltado por seguridad al detectar que algo no iba como tenía que ir. Han pasado unos 44 minutos hasta que se ha podido devolver la normalidad al Real.

La explicación oficial que ha llegado a falta de 20 minutos para la media noche apunta a "un fallo mecánico ocurrido en una celdad de protección del centro de transformación situado en La Marina ha sido lo que ha provocado la interrupción del suministro en el Recinto Ferial, en el momento de la inguaración del alumbrado ornamental. El problema, que no ha afectado a ninguna otra zona de la ciudad, ha sido solventado utilizando una de las alternativas previstas en el protocolo de suministro eléctrico en el recinto y tras verificar que ningún centro de transformación auxiliar tenía daños". El Gobierno de la Ciudad ha pedido disculpas por las molestias que haya podido causar el incidente.

“Esto es malo. Las neveras, el hielo se está derritiendo y eso es luego hace que el alcohol pegue más”, ha bromeado alguien.

“¿Se sabe qué ha pasado?” “La misma rata de siempre, y no se muere, oye”, ha bromeado alguien de la prensa. “La rata es inmortal”, le ha apostillado otro compañero.

Ha habido a quienes les ha dado esos tres cuartos de hora para chafarles el primer día de feria y poco antes de que la luz volviera ya enfilaban Alfau arriba hacia su casa, decepcionados porque a lo que habían bajado es a subir a los niños pequeños a las atracciones. Pero la mayoría se ha quedado paciente, conversando, mirando alrededor en busca de una señal que predijera que la luz ya volvía, esperando que todo volviera a la normalidad para arrancar su primera noche de Feria.

En el Real abundan esta noche los tiros largos, los vestidos de flamenca y la gente arreglada para lucir palmito y moreno en la primera noche de sus Fiestas Patronales. Aún con la luz ida en las casetas de comida se seguían moviendo los camareros a la velocidad de la… para no dejar de atender a los comensales que aguantaban con paciencia y en penumbra, tirando de la linterna del móvil, apañándose con la iluminación de las farolas, o incluso con velas.

El susto ha sido sólo eso, y al final, como suele suceder todo ha vuelto a la normalidad y a la hora de lanzar esta crónica seguramente haya ya personas bailando, cantando y doblándose poco a poco por la alegría natural que otorgan los días especiales, como el del arranque de las fiestas de una ciudad, en este caso la de Ceuta.

Y eso en parte es también porque hay experiencia en el asunto. En 2011 la Feria se quedó a oscuras nada más encenderse la portada del Real, pero en aquella ocasión fue porque directamente se fue la luz en toda la ciudad. Dos años antes en 2009, la Feria se saludó también con un ir y venir de la luz, aunque en aquella ocasión duró apenas unos minutos.